La limpieza de los oídos es fundamental para una buena salud auditiva, pero muchas veces incurrimos en un error muy común por no saber cómo se debe realizar correctamente para no dañar este sentido tan importante en nuestras vidas. De este modo se evitarán tapones, otitis y otras enfermedades.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que el cerumen está generado por nuestro organismo de forma natural precisamente como barrera protectora contra gérmenes, bacterias, infecciones e incluso el agua. Es decir, no conviene retirarlo demasiado, empujarlo hacia el fondo o que haya un exceso.

En el punto medio reside la virtud y para conseguirlo hay varias técnicas que son válidas, pero otras que debes desterrar por completo porque aunque parezcan beneficiosas en realidad no lo son.

Olvídate de los bastoncillos

Parece mentira, pero es así, son más perjudiciales y menos beneficiosos de lo que piensas. Es el artilugio que más hemos usado para la limpieza de los oídos, más que nada porque aunque consigue retirar cera, sobre todo la empuja hacia el fondo del conducto auditivo y hacia el tímpano y, a la larga, puede provocar problemas que incluso pueden desembocar en la sordera.

Los métodos

Uno de los grandes métodos es tan sencillo como no hacer nada, en un sentido figurado por supuesto. Solo con nuestra higiene diaria, con la ducha, será suficiente para que el exceso de cerumen se marche solo y se quede solo lo necesario. El propio oído se irá regulando para mantener un volumen acorde a lo necesario.

El cuidado del oído es fundamental.

Si hay un problema que persiste hay que ir a visitar a un especialista que te aconsejará y guiará sobre lo que hay que hacer de forma correcta y segura. Sin embargo, hay pequeños trucos caseros que pueden ayudar a limpiar los oídos y ablandar tapones.

Uno de ellos consiste en utilizar aceite de oliva o de bebés. Solo hay que echar unas gotas y un trozo de algodón para que no escape el líquido y dejarlo toda la noche. Al día siguiente, retira el exceso con mucho cuidado.

Otras dos son más líquidas. Una supone mezclar media taza de agua tibia con una cucharada de sal fina bien disuelta y el otro usar agua tibia y agua oxigenada a partes iguales

Y por último, en las farmacias y también con consejo profesional hay sprays específicos para la limpieza de los oídos o para tratar, por ejemplo, los tapones de cera.

Recuerda que la salud auditiva es fundamental, pero sin excesos porque el cerumen es una barrera protectora. Y ante cualquier problema que pueda ser serio acude a un profesional médico que te asesore y te ayude para no dañar los oídos.