¿Se le podría calificar como superalimento? Pues perfectamente. Es uno de los clásicos de las cocinas, está presente en muchos platos como acompañamiento, en ensaladas o incluso como plato principal y no es para menos, porque aparte de tener mucho sabor es ideal para adelgazar. Vaya, que lo tiene todo.

Cualquier verdura u hortaliza debe estar en la dieta diaria, pero en este caso todavía más porque tiene muchísimas propiedades positivas y que le sentarán de lujo a tu organismo.

En cuanto a su nivel de calorías, no hay más que resaltar que el 95% del total es agua, por lo que aparte de hidratar el cuerpo de forma natural, apenas elevará el contador de calorías y todo eso siendo un alimento muy saciante.

¿Por qué es tan bueno?

Aparte de su nivel de calorías tan bajo tiene una serie de propiedades que convierten al calabacín en un alimento totalmente imprescindible, tanto en su forma cruda como cocinada.

Entre las más destacadas se encuentran su capacidad diurética, por lo que es capaz de combatir la retención de líquidos, que es uno de los grandes enemigos de la pérdida de peso y del malestar general. Pero en cuanto a salud intestinal no se queda ahí la cosa, ya que también tiene un alto contenido de fibra, por lo que mejora el tránsito y además es un alimento que no produce los molestos gases.

Por otra parte, también tiene la capacidad de regular el colesterol y gracias al potasio también reduce la tensión arterial. En cuanto a las vitaminas, tiene un alto contenido en las A (que es más aprovechada si se cocina el calabacín), C (si se toma crudo) y E. Además lucha contra los radicales libres, por lo que es antioxidante.

Aliado para perder peso

El calabacín tiene un 95% de agua. Freepik

Y aparte de todo esto es un aliado ideal para perder peso. Ya te hemos contado su enorme cantidad de agua, pero lo que te descubrimos ahora es su irrisorio número de calorías, que es de 17 por cada 100 gramos.

Pero aparte de su gran sabor, quizá lo que más puede animar a incluirlo en la dieta es su capacidad camaleónica para quedar bien en casi cualquier preparación. Se adapta a la perfección en una ensalada de forma cruda, en rodajas, en daditos, acompañando una carne, un pescado, en una menestra, una tortilla de patatas (la cual se puede hacer al microondas para evitar el aceite al máximo) y de muchas maneras más. Aportará sabor y saciará sin apenas calorías.