Muchas veces hemos hablado de superalimentos, de dietas, de alimentos saciantes y de ejercicios para estar sano y de paso perder peso. Pero este artículo no va en consonancia con ninguno de ellos. Para nada.

Sin embargo, sí que va de manjares, de merecidos premios, de terraceo, cañitas, tapas y buenos alimentos. Porque igual que la tortilla de patatas o las croquetas, los torreznos (o chicharrones, como se les conoce en Andalucía) son verdaderos manjares de nuestra gastronomía. Ahora bien, calóricos a más no poder.

Su sabor es inconfundible, su contraste de texturas es espectacular y en el paladar es una maravilla. Este alimento, que en Soria se elabora como en ningún sitio, es accesible, está riquísimo y se puede preparar en casa sin ningún problema.

Ahora bien, una cosa es hacerlo y otra hacerlo como debe ser. Un buen torrezno debe tener la piel crujiente, llena de pequeñas burbujas y si le pasas un cuchillo debe raspar y sonar. Pero además la grasa debe estar blanda y la carne magra que no esté pasada. Por eso tiene su técnica y sus tiempos, que no son fáciles si no se sabe cómo hacerlo.

Paciencia

La paciencia es la madre de la ciencia y de los torreznos. Para prepararlos de forma acorde, para empezar, hay que esperar unas horas (un día entero está bien) para que sequen y pierdan el agua que puedan tener. Cuestión de equilibrio, tampoco se deben secar demasiado y que parezcan la suela de una zapatilla.

Y lo más importante es el proceso de cocinado. El torrezno (que no deja de ser la panza del cerdo) debe ser cortado en tiras gruesas, de entre 2 y 3 centímetros de grosor. Aparte de ser por la presentación tradicional, el motivo es el siguiente paso de la fritura.

Llena la sartén con un par de dedos de aceite de girasol y pon los torreznos a fuego medio y, sobre todo, con la piel hacia abajo. Hay que esperar como mínimo media hora, pero poco a poco se irán formando esas características burbujas que tan buenas son.

Cuando ese proceso haya terminado sube el fuego a una temperatura medio-alta y ya será momento de cocinar el torrezno entero, cosa que no llevará más que unos minutos. Cuando esté listo sácalos y ponlos a escurrir en un papel de cocina para quitar el exceso de aceite (que no de grasa, que bastante tiene el torrezno ya). Ya solo queda cortar y disfrutar.