La ropa de cama tiene que lavarse y cuidarse con bastante regularidad ya que bajo esas sábanas, encima de la almohada o del colchón vamos a pasar mucho tiempo, concretamente un tercio de nuestra vida aproximadamente.

Con el paso del tiempo, como es normal, por la acción del sudor, la saliva y otros agentes la ropa de cama y las almohadas van cogiendo un molesto y poco higiénico color amarillento que no es nada agradable. Además se junta con otro problema y es que hay varios elementos que no se pueden meter en la lavadora, por lo que es necesario conocer al dedillo cómo limpiarlos para dejarlos impolutos.

Dentro de esta categoría también pueden entrar las toallas, si bien en este caso el mayor problema es que se endurecen en lugar de quedarse suaves y esponjosas, que es el resultado final que queremos después de cada lavado.

Si bien es cierto que al menos una vez a la semana cambiamos las sábanas y las fundas de las almohadas para lavarlas y las cambiamos por otras (aunque en verano y con calor la recomendación es que no pasen tantos días), no se puede decir lo mismo de la almohada. Y esta es precisamente la razón por la que nuestras almohadas tienden a tener antiestéticas manchas amarillas. Con el tiempo absorben el sudor y las secreciones del cuero cabelludo que atraviesan las fundas de la almohada y se adhieren a ella.

Método infalible

De hecho, no basta con cubrir la almohada con fundas para deshacerse de la suciedad, sino que es útil ocultarla. Sin embargo, sigue siendo conveniente higienizar el lugar donde ponemos la cara cada noche.

Siempre puedes optar por los clásicos de la limpieza casera, que también te ayudarán en este caso, como son el bicarbonato de sodio, el limón y el vinagre de limpieza, pero hay un remedio más eficaz todavía y que está a la venta en Mercadona.

Se trata del percarbonato de sodio, que es un potente blanqueador que se basa en el oxígeno activo. Es decir, cuando esta sustancia entra en contacto con el agua libera oxígeno, por lo que ayuda a la limpieza y a la acción de blanquear.

Para blanquear las almohadas amarillentas, debemos ponerlas en remojo en 40 g de percarbonato y agua caliente. Durante el remojo, también podemos añadir una esencia de nuestra elección para obtener un agradable aroma. Esperamos una hora y luego metemos la almohada en la lavadora a un máximo de 40º y 800 revoluciones. Al final del lavado, dejamos que las almohadas se sequen al aire libre. También sirve para aquellas que no se pueden lavar a máquina aunque te tocará frotar.