No hace falta pasar hambre ni volverse loco con dietas milagro para perder peso. De hecho, están completamente prohibidas y lo que es necesario hacer es simplemente conseguir que haya al final del día déficit calórico. Esto es, que después de toda la jornada se hayan quemado más calorías de las que se han ingerido.

Para ello no hay que sufrir, como mucha gente piensa, solo hay que echarle imaginación a las comidas, ingerir alimentos variados, ricos en nutrientes y poco calóricos. Las posibilidades son muchísimas y no hace falta que pasemos hambre. Si todo eso lo unimos con el cuidado con el azúcar, el alcohol, las grasas o los ultraprocesados y se ejercita el cuerpo con sencillos ejercicios en la medida de nuestras posibilidades, el éxito está garantizado.

Y la cena es un momento absolutamente clave para nuestro cuidado personal. El metabolismo se ha ralentizado y cuando nos vamos a la cama todo lo que no hayamos quemado se queda almacenado. Aparte, tras un duro y cansado día, nuestra resistencia a comer alimentos que no deberíamos está en horas bajas, por lo que aunque cueste no hay que incurrir en el error y ser fiel a la dieta.

El alimento que debes incluir

La cena debe ser ligera y seguir la regla del Plato de Harvard. Es decir, que contenga un 50% de verduras o vegetales como mínimo. No tiene que ser para nada pesada para no acumular calorías y que además nuestro descanso tenga mucha más calidad.

¿Pero y el postre? Hay un falso mito que dice que comer fruta después de cenar engorda y es totalmente falso. De hecho, todo lo contrario, es muy saludable y nos aporta nutrientes y vitaminas que son esenciales para nuestro organismo. Aparte, muchísimas tienen propiedades depurativas y que cuidan el intestino, por lo que son ideales para la noche. Por eso muchos nutricionistas están incidiendo en lo saludable y bueno que es comer fresas después de cenar, tanto que es muy positivo ingerirlas todos los días.

Al estar compuesta casi en su totalidad por agua apenas hará que comas calorías, tiene efecto saciante y por su fuera poco es un alimento muy rico de comer por su dulzura natural, que dejará un buen regusto en el paladar antes de ir a la cama. Y ya si lo redondeas con un ligero paseo, de unos 15 minutos, conseguirás el combo perfecto.