En los últimos años, hasta la aparición más masiva de los híbridos y eléctricos, los que querían comprar un coche se encontraban con el mismo dilema. El precio del coche diésel era algo más caro, pero el carburante era más barato y, por tanto, si se hacían muchos kilómetros salía a cuenta. Si no, no.

Pero desde la crisis de los carburantes derivada principalmente de la guerra entre Ucrania y Rusia que comenzó a finales de febrero se ha dado la vuelta a la tortilla y el diésel, que tradicionalmente era unos céntimos más barato que la gasolina, ha estado a la par y, en estos momentos concretos, se encuentra alrededor de 20 céntimos por litro más caro, lo cual ha generado mucho enfado entre los conductores que tienen un vehículo diésel.

Ya te explicamos en un artículo anterior el motivo por el cual esa diferencia se había quedado en cero e, incluso, había cambiado la tendencia. Y las perspectivas, al menos a corto y medio plazo, no son nada halagüeñas, como ha indicado el CEO de Repsol.

El aviso de Repsol

La petrolera no tiene buenas noticias para los conductores. "La tendencia del diésel al alza podría mantenerse en los próximos meses por culpa de la guerra en Ucrania", explicó el consejero delegado Jon Josu Imaz. "En caso de continuar, lamentablemente, en términos sociales, económicos y políticos, con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me parece que estas grietas diésel muy abiertas se van a quedar", agregó.

En definitiva, recalcó que a corto plazo no se espera un acuerdo político entre Ucrania y Rusia, ambos países beligerantes, por lo que "hay espacio para ver precios más altos del diésel en los próximos meses".

Los motivos

Una de las razones que más peso tienen en el incremento de los precios del diésel la tiene el gas natural. Su precio es muy elevado ya que Rusia es uno de los grandes proveedores del mundo y el diésel se utiliza como sustituto para el gas natural. Más demanda, menos oferta porque se reducen las importaciones de carburante ruso y mayor precio. La ley de toda la vida.