Los desodorantes roll-on tienen tantos adeptos como detractores. Algunas personas los prefieren al spray porque son menos agresivos para la piel (no contienen alcohol), la mantiene hidratada, no produce manchas y suelen ser más compactos. Otros consideran que se trata de una opción menos higiénica que el spray, ya que entra en contacto directo con el cuerpo y puede acumular restos de sudor y suciedad.
El funcionamiento del roll-on es muy sencillo. Se trata de un bote con una bolita en la parte superior y una suerte de crema desodorante en el interior. Cuando la bolita se arrastra, va girando y recogiendo el líquido del interior, para luego aplicarlo de manera homogénea sobre la piel.
Este tipo de desodorantes suelen durar más que los de spray, ya que la bolita ayuda a economizar el contenido. Sin embargo, una vez que el producto se agota suele acabar en la basura. Pero no es necesario llegar a este punto... Existe un uso de esta bolita que pocos conocen y que sirve para otro producto empleado en el día a día. Sin duda, un truco de ahorro muy interesante.
Cómo reutilizar la bolita del desodorante
Cuando el desodorante roll-on se agota, podemos aprovechar el bote para reutilizarlo como un expendedor de gel con masajeador. Basta con añadir un poco de agua para que el producto no sea muy gelatinoso y puede aplicarse de forma suave y homogénea con la bolita.
Para ello, habrá que retirar primero la bolita con la ayuda de un punzón, rellenar el bote con el jabón deseado y volver a colocarla de nuevo. En esta sección aparecen recogidos diversos trucos para dar una segunda vida a los productos del hogar, y sin duda el truco del desodorante roll-on es uno de los más prácticos, además de que permitirá ahorrar unos euros.