Reinventarse o morir. Esta es la filosofía que están llevando a cabo muchos supermercados a la hora de intentar superar a su competencia. La cadena alemana Lidl está decidida a reinventarse para poder ser más competitivos en el mercado e intentar ofrecer a sus clientes las mejores condiciones posibles. La idea que tiene Lidl es poder hacer frente a Aldi, uno de sus principales competidores. Según recoge Luis Miguel Espejel en su perfil de LinKedIn, la cadena ha decidido adoptar una nueva estrategia de dirección que recuerda la esencia original de las tiendas de descuento.

Este nuevo planteamiento tiene el objetivo de llevar un cambio en sus tiendas de Europa que, poco a poco, se podrá ir viendo en su distintos establecimientos. De acuerdo con Espejel, una de las principales variaciones consiste en "desmantelar el elegante botellero y el rincón elaborado de frutas y verduras, optando en su lugar por un inventario más simplificado y modesto". Esta metamorfosis tiene el objetivo de "restaurar la auténtica esencia visual de una tienda de descuento".

Aparte de cambiar el tipo de imagen que se da al cliente, este paso tiene el propósito de "optimizar los procesos internos", según comenta Espejel. Por lo tanto, el nuevo concepto de tienda propuesto por la cadena de supermecados alemana tiene el proposito de dar "simplicidad" a todos sus establecimientos. "Han desaparecido los diseños complicados. En su lugar, se ha implementado un sistema de etiquetado más claro. Los productos promocionales ahora tienen un lugar destacado en carteles grandes, mientras que los vinos especiales mantienen su protagonismo. Incluso la sección de cuidado personal se ha simplificado para mayor comodidad", destaca Espejel.

"Algunas sucursales urbanas ahora cuentan con estaciones de pago automático, una innovación destacada que previamente solo se había probado en Alemania. El cambio de enfoque de Lidl hacia un modelo de tienda de descuento más tradicional no sorprende, dado el éxito de sus esfuerzos orientados a la eficiencia en muchas de sus sucursales británicas. Esta maniobra estratégica asegura que Lidl siga siendo un competidor sólido en el mercado sin comprometer su base de clientes", indica.