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Cenar sopa todas las noches, ¿buena o mala idea?

Muchas familias optan por este plato para evitar cenas copiosas

Cenar sopa todas las noches, ¿buena o mala idea?

Cenar sopa todas las noches, ¿buena o mala idea? / ARCHIVO

Cuando llega el invierno, los platos de cuchara toman el protagonismo en los menús de muchas familias. Las ensaladas del verano dan paso a otras propuestas calientes, como la sopa, que se convierte en un plato imprescindible en muchos hogares para la hora de la cena, pero ¿es buena o mala idea cenar todas las noches sopa?

La sopa es un plato caliente y como tal estimula la digestión y tiene un efecto saciante, lo que sienta bien al estómago cuando bajan las temperaturas. Elaboradas con caldo casero, se trata de un alimento muy nutritivo ya que se puede añadir todo tipo de ingredientes: verduras, hortalizas, legumbres, y toda clase de huesos y cortes de carne y pescado, que aportan un intenso sabor.

En la cena es habitual elegir platos menos copiosos que en otras comidas del día como el desayuno o el almuerzo del mediodía, donde se recomienda ingerir mayor cantidad de calorías. Por ello, la sopa suele ser una de las opciones favoritas para evitar cenas copiosas, sobre todo en invierno, aunque también existe la posibilidad de comerla fría en cualquier época del año.

¿Es bueno comer sopa todos los días?

La respuesta a si es o no saludable comer sopa todas las noches es clara: sí. No existe ninguna contraindicación. Es más, según los expertos, son muchas las ventajas de este plato para nuestro organismo. Según apunta el portal Doctissimo, los beneficios de tomar sopa de manera regular son:

  • Hidratación. La sopa contribuye a una hidratación suficiente gracias a ser rica en agua.
  • Buena digestión. Favorece el tránsito intestinal fluido gracias a su riqueza en fibras solubles, previniendo los constipados y la hinchazón.
  • Cena ligera. Es un plato ligero, bajo en grasas y calorías, que ayuda a no sobrecargar el organismo.
  • Antiinflamatoria. Se suelen cocinar con verduras, lo que dota a este plato de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que fortalecen nuestras defensas

No obstante, hay algún detalle importante a tener en cuenta. Si se toma asiduamente, lo mejor es hacer sopas caseras y limitar el consumo de los caldos industriales o sopas deshidratadas, ya que estas suelen tener un alto contenido de sal y grasas. El exceso de consumo de estos productos aumenta el riesgo de tener problemas de hipertensión o sobrepeso.

Este riesgo desaparece si hacemos la sopa nosotros mismos, con los ingredientes que elijamos y ajustando las cantidades de sal y grasas a nuestro estado de salud y necesidades nutricionales.

En este sentido, los expertos recomiendan optar por opciones más refrescantes en verano, como los gazpachos y las sopas frías de tomate o calabacín, mientras que en invierno se puede aportas por alimentos tales como calabaza, coliflor o zanahoria, y recetas más cremosas.

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