Solo necesitas un ingrediente para evitar que el aceite te salpique cuando cocinas

Para evitar las molestas salpicaduras es importante extremar las precauciones

Trucos de cocina.

Trucos de cocina. / Servicio Especial

Lola Gutiérrez

Cocinar con aceite es de lo más común en nuestra gastronomía, prácticamente esencial. Freír alimentos en la sartén puede acabar siendo frustrante si no se toman precauciones. Seguro que alguna vez habrás sufrido salpicaduras de aceite mientras cocinas. Además de ensuciar la cocina, las salpicaduras también pueden provocar quemaduras si las recibe quien cocina.

Para evitar las molestas salpicaduras es importante extremar las precauciones. En caso de tener una sartén con aceite caliente en la cocina es importante supervisarla en todo momento y controlar la temperatura. Al añadir los alimentos hay que tener cuidado: hacerlo despacio y a una distancia segura.

Además de todo eso, existe un truco que nos puede facilitar la vida en la cocina y que puede evitar las salpicaduras. Un truco para el que solo se necesita un ingrediente imprescindible en cualquier cocina.

Se trata de la sal. El contacto entre el agua y el aceite caliente es lo que provoca las salpicaduras. El aceite caliente, al entrar en contacto con el agua presente en los alimentos, desencadena una reacción violenta. El agua se convierte en vapor de forma instantánea y crea pequeñas explosiones que lanzan el aceite en todas direcciones; manchando la cocina, la ropa o quemando nuestra piel.

Al ser un muy buen absorbente de humedad, la sal se convierte en la mejor aliada para reducir e incluso eliminar las salpicaduras. Para ello, antes de calentar el aceite en la sartén hay que espolvorear una pizca de sal en el fondo. La sal absorberá la humedad que pueda haber en la sartén, y creará una barrera natural entre el aceite y el agua que pueda haber, pudiendo añadir los alimentos sin miedo a las temidas salpicaduras.

Consejos

Al freír patatas o empanados - todo aquello que requiere grandes cantidades de aceite -, es posible que el truco de la sal tenga menos efecto. Es por ello que hay que mantener las precauciones.

Conviene usar utensilios largos para colocar los alimentos, freír en pequeñas cantidades u optar por una freidora con una cesta si hay que sumergir completamente los alimentos. Un consejo clave consiste también en secar bien los alimentos antes de freírlos, ya sea utilizando papel absorbente o dejando reposar los alimentos sobre una rejilla.

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