¿Lavarse la cara con agua caliente o fría? El 90% de las personas lo hace mal

Y este es el momento del día en el que lavarse la cara aporta más beneficios

¿Lavarse la cara con agua caliente o fría? El 90% de las personas lo hace mal.

¿Lavarse la cara con agua caliente o fría? El 90% de las personas lo hace mal. / FREEPIK

Jorge López

La piel del rostro es bastante delicada y, además, acumula impurezas como sebo y bacterias y, quienes se maquillan, también pueden encontrarse con poros tapados por la acumulación de producto. Por ello, la limpieza de la cara es fundamental para mantener el equilibrio natural de la piel y mantener un aspecto brillante y saludable.

Lavarse bien el rostro permite que éste absorba mejor los humectantes, serums y otros productos para el cuidado de la piel. Otro dato importante, lavarse la cara especialmente por la mañana, ayuda a despertar la piel y mejora la circulación, dando un aspecto más fresco y protege contra el envejecimiento prematuro, evitando que la acumulación de suciedad y contaminación acelere la formación de arrugas y manchas.

Una vez que has establecido la importancia de tener un rostro bien lavado, fresco y ordenado, llegas a un punto crucial. Una pregunta que todos nos hacemos en cuanto llega el momento de abrir el grifo del lavabo:  ¿es mejor utilizar agua caliente o fría para lavarse la cara? La dermatóloga Katlein Franca arroja algo de luz sobre el asunto.

La temperatura del agua

Lo más importante que debemos saber es que ambas temperaturas pueden aportar ciertos beneficios a la piel. El agua tibia, por ejemplo, ayuda a abrir los poros, facilitando la eliminación de suciedad y sebo, y es muy útil antes de tratamientos como exfoliantes o mascarillas. Sin embargo, el agua especialmente caliente tiende a resecar la piel y dañar la barrera cutánea, además de crear pequeñas rojeces en la cara, especialmente si está demasiado caliente.

El agua fría, por otro lado, refresca la piel y reduce la hinchazón, ayuda a cerrar los poros después de la limpieza y puede mejorar la circulación y dar una apariencia más tonificada. El único inconveniente es que en los días más fríos puede resultar aún más desagradable entrar en contacto con agua especialmente fría.

Así pues, aunque ambos métodos no son equivocados, según el experto lo ideal sería utilizar agua tibia, que resulta ser el compromiso adecuado entre ambos. De esta forma la piel quedará correctamente limpia y se evitarán todos esos pequeños imprevistos que pueden hacer menos agradable ese momento.

Tracking Pixel Contents