Experta en protocolo desaconseja este gesto con las bebidas en público
Lo que parece un gesto inocente con la copa puede arruinar tu imagen en actos formales

Experta en protocolo desaconseja este gesto con las bebidas en público / Pixabay
La vida está plagada de placeres disfrazados de pequeñas rutinas que, según el contexto en el que se realicen, pueden dejar una huella poco favorable en quien los practica. Una de las más comunes son esas galletas que uno moja distraídamente en el café tras una siesta entre la vigilia y el sueño. Lo cierto es que, visto desde el prisma de cumplir y ser correcto en el protocolo, el mundo adquiere y necesita otros matices. Esa es precisamente la misión de ‘Protocolo y Etiqueta’, el perfil que instruye en normas de comportamiento a más de 230.000 seguidores en TikTok.
En una publicación que vió la luz el pasado enero, abordaron un gesto cotidiano que pocos cuestionan, pero que está lejos de ser correcto en situaciones formales. “¿Sabías que mojar sólidos en líquidos es un pecado de la etiqueta?”, advertía el vídeo, refiriéndose también a la clásica galleta sumergida en café. Pese a su inocencia aparente, el gesto es inadecuado en eventos donde rige el protocolo: “Mojar pan o galletas en líquidos puede considerarse poco apropiado en entornos formales”, subrayaban con claridad. Las excepciones, eso sí, son escasas y reservadas a la intimidad.
No tardaba en justificar esta norma con argumentos claros: “Porque prácticamente todo el líquido se llena de migas, manchas y da un aspecto de poca pulcritud”, explicaba, aludiendo al desorden visual que genera este gesto. Eso sí, dejaba claro que en contextos informales no hay reglas que valgan: si uno está en su casa o en la comodidad de su intimidad, puede entregarse sin culpa a estos caprichos cotidianos. “Por supuesto, si está en su hogar, puede hacer lo que quiera con su café y su galleta”, añadía con cercanía.
La explicación se cerraba con una advertencia cargada de sentido común: hay momentos en los que conviene renunciar al placer en favor de una imagen impecable. “En una cena elegante o una reunión profesional, mejor evitarlo”, aconsejaba. Y remataba con una frase que resume toda la filosofía de la etiqueta en estos casos: “La clave del buen protocolo es mantener los sólidos secos y las bebidas limpias; su reputación se lo agradecerá”.
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