El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Cécilia, se separan, después de once años de matrimonio, anunció hoy el Elíseo. Cecilia y Nicolas Sarkozy "anuncian su separación por consentimiento mutuo. No harán ningún comentario", indicó el Elíseo en un escueto comunicado. El anuncio oficial se produce después de que la víspera medios de comunicación revelaran que el procedimiento de separación se puso en marcha ante un juez el pasado lunes, camino de un divorcio que será el primero de un presidente francés en ejercicio.

La confirmación de la ruptura entre el jefe de Estado, de 52 años, y su esposa, de 49, zanja semanas de rumores, alimentados por las repetidas y espectaculares ausencias de la Primera Dama en actos oficiales desde el pasado verano. Unidos desde hace casi 20 años, casados desde 1996 en segundas nupcias, Nicolas y Cécilia Sarkozy estuvieron separados en 2005, antes de reconciliarse en 2006, cuando se calentaba la campaña para las Presidenciales que le llevaron al Elíseo el pasado mayo.

Nicolas y Cécilia Sarkozy no han aparecido juntos en público en Francia desde el pasado 14 de julio. En las últimas semanas, el portavoz del Elíseo, David Martinon, rehusó comentar los rumores del anuncio inminente de la separación, tal como había hecho hoy de nuevo en su rueda de prensa semanal, poco antes de que se difundiera el escueto comunicado. La Primera Dama, que cumplirá 50 años el próximo 12 de noviembre, se ha reivindicado como mujer "libre" y, en 2005, dijo: "¿Convertirme en Primera Dama? Eso me parece un tostón (...) No entro en el molde".

El pasado 14 de julio, durante la tradicional recepción de la fiesta nacional francesa en el Elíseo, el presidente sorprendió a los miles de invitados al elogiar en su discurso la "belleza" de su mujer, alta, delgada, morena y de ojos claros eslavos, quien no pareció apreciar esa declaración pública de amor. Fue también ese día cuando él confesó a la prensa que ella era su "única preocupación". También en esa fiesta el jefe de Estado aseguró que en septiembre se irían a vivir al Elíseo, una vez acondicionados los cuartos privados del palacio que durante 12 años había albergado a Jacques y Bernadette Chirac.

El traslado no tuvo lugar, pese a que para el hiperactivo Sarkozy vivir en el lugar de trabajo era un imperativo para no perder tiempo. Cécilia no quería vivir en la residencia presidencial. Desde el verano, Cécilia Sarkozy, biznieta del compositor español Isaac Albéniz, ha multiplicado las demostraciones de independencia, en desprecio del protocolo y las obligaciones de una Primera Dama.

El pasado agosto, cuando los Sarkozy veraneaban con amigos en el noreste de Estados Unidos, Cécilia no acompañó a su marido a un almuerzo con el presidente George W. Bush, en la residencia de la familia Bush. Al llegar tarde a la cita, él dijo que ella tenía anginas, una excusa diplomática que no engañó a nadie: Cécilia se paseó en público la víspera y al día siguiente del almuerzo.

Los rumores de desavenencias resurgieron este mes cuando ella no le acompañó a Bulgaria para recibir la máxima condecoración de un país que la hizo "ciudadana de honor" por su papel en la liberación de las cinco enfermeras búlgaras en Libia el pasado julio. La ausencia de Cécilia Sarkozy en ese viaje relanzó con fuerza los rumores de una inminente separación.

Según el vespertino "Le Monde", Cécilia Sarkozy acudió el pasado lunes al Tribunal de Nanterre (afueras de París) para emprender la primera etapa judicial de la separación, documento que fue firmado posteriormente por el jefe de Estado. Los dos habrían fijado un plazo de un mes y medio antes de volver ante el juez para que se homologue el documento de divorcio y éste sea pronunciado.