«No sé si voy a sobrevivir a esto. Celebrar de verdad el cine en el lugar donde empezó», declaró el cineasta Martin Scorsese, de 72 años, al recibir, el viernes, el Premio Lumière en el Festival de Cine de Lyón, la ciudad donde hace 120 años nació el séptimo arte. La actriz y productora Salma Hayek, ataviada con un vestido a rayas de colores, fue la encargada de entregarle el galardón por su carrera a un director que ha sabido, como pocos, infiltrarse con su claqueta en las malas calles y los territorios prohibidos de mafiosos y corruptos. En su discurso, el director hizo un alegato en defensa de la conservación del patrimonio del cine.