El performer Adrián Pino, que ya se había desnudado anteriormente en el Louvre, la Fontana di Trevi y la National Gallery, ha vuelto a quitarse la ropa, pero esta vez en casa. Para su puesta en escena eligió el ábside con el Pantocrator de Sant Climent de Taüll, instalado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el MNAC. «Esta vez llevaba una tela en las zonas genitales como Cristo. Luego me lo he quitado y me he convertido en Venus. Así, represento el paso de lo cristiano a lo pagano», explicó Pino a este diario sobre el significado de esta nueva acción llevada a cabo el pasado martes 22 de agosto. «Básicamente es una transición de una religión tan masculina y patriarcal como es el cristianismo hacia algo mucho más femenino, que es el camino de la felicidad», añade.

Todas estas representaciones de Adrián Pino forman parte de su Proyecto V, con el que pretende sensibilizar a la sociedad. «Estamos al borde de convertirnos en una porquería como especie. Hemos dejado que todo lo mueva el dinero», asegura el joven artista nacido en Barcelona. JUDITH C. CLAVAIN