Apenas 24 horas después de la aparición de las imágenes publicadas por la revista Lecturas de Iñaki Urdangarin paseando por la playa en actitud cariñosa con una mujer que no es la Infanta Cristina, el protagonista de las mismas ha reaparecido públicamente y, lejos de esconderse, ha acudido a su trabajo y ha roto su silencio, dando a entender una posible separación de su mujer desde hace 24 años y la madre de sus cuatro hijos.

Vamos a gestionarlo de la mejor manera posible. Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad y punto, como siempre hemos hecho" ha respondido el ex jugador de balonmano a las preguntas relacionadas con su separación de Doña Cristina, sin pronuciar directamente la palabra divorcio pero dejando entrever el fin de su matrimonio.

Tranquilo y sin rastro de preocupación en el rostro a pesar de la complicada situación a la que se enfrenta, Iñaki Urdangarin ha evitado sin embargo pronunciarse sobre su especial amistad con su compañera de trabajo Ainhoa Armentia, con la que se rumorea que llevaría varios meses de discreta relación: "Nada más tengo que decir. Muchas gracias. Buenos días".

Unas declaraciones que el cuñado de Felipe VI ha dado a su llegada al bufete vitoriano 'Imaz & Asociados', donde trabaja como consultor desde marzo de 2020 y donde conoció a la mujer con la que ha sido pillado disfrutando de un paseo en actitud cariñosa. Un trabajo al que ha regresado este jueves después de haberse ausentado ayer tras la publicación de sus fotografías con Ainhoa Armentia, que han provocado un auténtico tsunami mediático y dejan abierta la opcion de un posible divorcio con la Infanta Cristina, si bien Urdangarín prefiere no responder a esta cuestión por el momento.

Estas declaraciones del marido de la Infanta van en la misma línea de las que realizó ayer su segundo hijo, Pablo Urdangarín, quien dijo a Europa Press Reportajes, al ser preguntado por las fotografías de su padre con otra mujer, que "son cosas que pasan" pero que se van a "querer igual".

Tras las fotografías del exjugador de balonmano con otra mujer, paseando dados de la mano por el paseo marítimo de una playa cercana a Bidart --donde la familia de éste tiene una casa--, y que publica esta semana la revista Lecturas, el hijo de la Infanta Cristina no se mostró sorprendido. No obstante, no quiso dar más detalles de la relación alegando que se trata de un "tema familiar", pero insistiendo en que "son cosas que pasan". "Luego hablaremos nosotros y ya está", precisó.

Pablo Urdangarín precisó que lo había hablado con su padre y sus hermanos pero admitió que no lo había hablado con su madre, la Infanta Cristina. "Ya hablaré con ella", sentenció.

Estas imágenes se producen cuando Urdangarín y la Infanta Cristina llevan 24 años de matrimonio, que continuó a pesar de que el exjugador de balonmano fuera condenado por corrupción en el caso Nóos. El escándalo estalló en noviembre de 2011 y hasta el 17 de febrero de 2017 no se produjo la condena de la Audiencia Provincial de Palma, que le sentenció a 6 años y 3 meses de prisión. Una resolución posteriormente revisada por el Tribunal Supremo, que la rebajó a 5 años y 10 meses.

Hasta ese momento, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín vivían en Suiza, pero cuando la sentencia fue firme, el exjugador de balonmano tuvo que ingresar el la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila). No obstante, el exdeportista disfruta desde hace un año del tercer grado y desde el 23 de junio de 2021, debido a su buen comportamiento, ya no tiene que pernoctar en la prisión de Zabala (Álava), a la que había sido trasladado con anterioridad por el arraigo familiar, ya que su madre vive allí.

El ingreso en prisión de Urdangarín no supuso el traslado de la residencia de la Infanta a España, quien decidió permanecer en Ginebra, donde el matrimonio había establecido su residencia en 2013. Su entorno comentó en aquel momento que había prevalecido el bienestar de sus hijos.

Pero la salida de prisión de Iñaki Urdangarín tampoco modificó la situación familiar, la Infanta ha seguido desde entonces viviendo en Ginebra, a pesar de que su marido ya disfrutaba de la libertad condicional en Vitoria y trabaja en un despacho de abogados.