La otra cara del chef Dabiz Muñoz en DiverXO: así es su día a día

El chef Dabiz Muñoz encarna uno de esos talentos que desbordan el oficio. Nombrado en tres ocasiones como mejor cocinero del mundo, cuenta en su haber con cuatro estrellas Michelin gracias a sus restaurantes DiverXO (tres estrellas) y RavioXO (una estrella). La innovación que ha imprimido a la alta cocina y sus propuestas vanguardistas le han elevado a los cielos de los fogones españoles y mundiales.

Más allá de esa evolución de éxito indudable, ha sido un exintegrante de su equipo, Pablo Colmenares, quien ha desvelado detalles inéditos de la vida del chef. Ha sido en el podcast Con los pies en el suelo, donde ha relatado también alguna intimidad del día a día en las cocinas de DiverXO. "El día comenzaba corriendo y no parábamos hasta el final del servicio”, relata. Cada instante era una pugna en busca de alcanzar la perfección y alcanzar la excelencia.

Según cuenta Colmenares, las jornadas comenzaban a las 9 de la mañana y se extendían hasta las 2 de la madrugada. “Era como una meditación activa; te concentrabas tanto que no había espacio para pensar en otra cosa”, dice.

"Obsesión por la perfección"

Fuera de toda duda está la auténtica obsesión de Dabiz Muñoz por la perfección. Colmenares despeja toda duda, por si fuera necesario hacerlo al hablar de esas jornadas tan intensas: “No era un capricho, se querían hacer cosas muy especiales y ese ritmo era necesario”,

Además, reconoce que la dedicación de Muñoz y su "obsesión por la perfección, que lleva a unos niveles a los que nadie más puede llegar, y su capacidad de sacrificio", son los factores que están detrás de su éxito consagrado en el mundo culinario.

Sin embargo, contrario a lo que pudiera parecer, la convivencia en el día a día no era difícil en lo personal e incluso mostraba un lado "más humano y cercano" con el equipo. Habla Colmenares sobre el día en el que DiverXO consiguió su tercera estrella Michelin en 2013: “Lo vi emocionado, sabía que su vida iba a cambiar”.

Y sí, confirmó que Muñoz era "pura dinamita, un volcán en erupción, alguien incombustible", pero eso no era obstáculo para que en las distancias cortas fuera "una gran persona".