Antiguo infantico y profesor del conservatorio, dirige desde hace una década la Coral de Santa Engracia, que este 2019 celebra sus 50 años y ha programado para hoy y mañana dos conciertos previos a la Semana Santa.

—50 años se dicen pronto...

—El coro de la basílica de Santa Engracia nació en 1969 como respuesta a la necesidad de atender el culto de la misma. Arturo Lozano fue quien encendió la cerilla del asunto e inmediatamente acudió Gregorio Garcés, organista y maestro de la capilla del Pilar, que fue mi maestro siendo yo infantico, y quien supuso la pólvora porque le dio a la coral la dimensión que todavía estamos recogiendo. En el coro aún hay personas de aquellos inicios. E indirectamente yo también lo soy, porque cuando había que reforzar musicalmente el Pilar se llevaba a esta coral y los infanticos, yo entre ellos, nos sumábamos a ella.

—Y le han cantado tres veces al Papa.

—En las dos visitas de Juan Pablo II a Zaragoza, en 1982 y 1984. Y en la plaza de San Pedro de Roma unos días antes de su segunda visita. También en el 2015 cantamos misa en la basílica de San Pedro del Vaticano y en Santa María la Mayor de Roma. Y este año, por los 50 años, cantaremos la misa pontifical del Día de la Virgen del Pilar que se retransmite por televisión desde Zaragoza.

—Imagino que cada director habrá dejado su impronta en la coral.

—Gregorio Garcés le dotó del ADN de la música litúrgica. El grueso de nuestro repertorio sigue siendo la música religiosa. Y desde que estoy yo hemos incorporado novedades, como los coros de zarzuelas, con los que acudimos a residencias, juntas de distrito, etcétera, o cantar obras con orquesta. Todas las Semanas Santas lo hacemos, y este año hemos programado para mañana el Réquiem de Fauré, en la iglesia del Perpetuo Socorro, que cantaremos junto a otras obras sacras.

—¿Qué programa tienen para esta Semana Santa?

—Estamos en todos los oficios a partir del Domingo de Ramos y el miércoles Santo participamos en El Encuentro de la plaza del Pilar. Además, por los 50 años, ofrecemos esta tarde un concierto en la iglesia Corazón de María, a las 20.30 horas, y mañana, a la misma hora, en la de Perpetuo Socorro con la orquesta Tempo Giusto, la soprano María Sala y el barítono Gonzalo Burgos.

—¿Quiénes van a escucharles?

—Gente de mediana edad en adelante. Jovencitos, pocos. Hay que tener en cuenta que el nicho es pequeño, porque en total serán 700 los alumnos que estudian en el conservatorio. Pero invito a los jóvenes a que vayan mañana a escuchar el Réquiem de Fauré porque se van a sorprender. Fauré pertenece al Impresionismo francés y a su Réquiem lo tildaron poco menos que de aberrante, porque lo concibió alegre, como una ventana de esperanza al tránsito al más allá. Toca un arpa y la música se transforma en celestial. Por eso, les dirían que lo prueben.

—¿Cuántos miembros forman el coro y qué subvenciones reciben?

—Casi 40. Pero todas las voces interesadas son bienvenidas. Ensayamos martes y miércoles, de 20.30 a 21.45 horas. Y no recibimos ninguna subvención, porque tampoco la hemos pedido. Tenemos el local de ensayo de la parroquia y también nos llaman para bodas y funerales. Ese es nuestro fondo de armario.