Periodista, novelista, luchadora infatigable, pasó por varios periódicos y ahora despliega su energía por los platós de diversas televisiones. El pasado jueves presentó en Zaragoza, su ciudad, el proyecto ‘#Cuéntalo’.

—¿Está mejor España tras el 28-A?

—Mejor por un lado y mucho peor por otro. Yo soy una mujer de izquierdas y un gobierno de izquierdas me parece mejor, dentro de lo poco que es de izquierdas el PSOE. Pero me parece aterrador que no nos demos cuenta de hasta qué punto es peligroso meter 24 personas de ultraderecha en el Parlamento.

—¿Las mujeres también están mejor?

—Hay casi paridad en el Congreso, lo cual es tremendo, un avance importantísmo, pero los representantes de los cinco grandes partidos son cinco hombres. Está muy bien que las mujeres estén, pero aún están en segundo plano.

—¿Le falta una presidenta del Gobierno?

—Claro. Por lo menos una líder de la oposición. Habría sido maravilloso ver discutiendo a tres mujeres y dos hombres en los debates, o dos y tres, o tres y uno...

—¿Qué es ‘#Cuéntalo’?

—Es un movimiento que arranqué hace un año, el 26 de abril, después de la sentencia de La manada, y tuvo una repercusión de tres millones de mujeres en diez días. Es uno de los movimientos más grandes que se ha conocido en la historia de Twitter. Hacía falta, tenía la convicción de que a las mujeres no nos creen. Si una chica dice que cinco tíos la han violado es porque cinco tíos la han violado.

—¿Cuál fue su reacción?

—Crear este hashtag. Nos acababan de robar la memoria del dolor y les pedí a las mujeres que contaran su experiencia. El Centro Nacional de Supercomputación estuvo analizando los diez primeros días y participaron 3 millones de mujeres de 60 países distintos. Después ya se hizo tan grande que es incalculable.

—¿Algún tuit le llamó especialmente la atención?

—El de la escritora catalana Bel Olid. Contaba cómo su tío la violaba cuando tenía 7 años mientras su abuela miraba desde la cocina. Y su padre intentó abusar de ella cuando tenía 13. Todo eso destruyó su infancia y su adolescencia. Fue un testimonio muy valiente, muy duro. Había infinidad de tuits donde la violencia se había producido dentro de la familia.

—¿Le ve fin?

—No, de ninguna manera. La prueba es Vox, que utiliza un tipo de mentira contra la mujer que cala en la sociedad.

—¿Dónde está ahora?

—En Telecinco, en Cuatro, en TV3 y en Telemadrid, además de escribir artículos para Público y novelas.

—¿Le gusta más la tele que la prensa?

—No me gusta nada la televisión y trabajo casi exclusivamente ahí. Me considero escritora y me gusta mucho más la prensa. Los análisis en televisión son debates que no permiten llegar al fondo de las cosas.

—¿Qué estado de salud ve a los medios?

—Tal y como los conocemos van a durar muy poco. La gente consume de distinta manera la información, lee poco en profundidad y mucho en la superficie. Se le tiende a culpar de que no lee y ese no es el problema. El problema es cómo ofrecemos los medios la información. El lector se informa como le da la gana.