Alejandra Cortés, profesora e investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, ha sido elegida como la mejor docente universitaria de España en los premios Educa Abanca, conocidos como los 'Goya' de la Educación.

-Lo primero, enhorabuena. . Y lo segundo, ¿qué le ha hecho ser elegida la mejor profesora universitaria de España?

-Bueno, la verdad es que eso lo debería decir el alumnado porque los premios se inician a propuesta de ellos. Luego se valoran aspectos como publicaciones que realizas, aspectos de investigación e innovación que participas, presencia en redes sociales, impacto que tiene lo que tú realizas en campos de solidaridad o con aspectos de la sociedad, etc. Es una visión bastante holística de lo que es la función docente.

-La docencia es solo uno de los campos.

-Sí, lo que se hace es premiar cuatro esferas en las que he intentado trabajar en toda mi carrera profesional, que es la docente, relacionándolo con la investigadora porque todo lo que doy en clase, incluso la forma, está avalada por la investigación científica educativa; la transferencia y la gestión. Son cuatro aspectos que en cualquier nivel educativo son buenos cuidarlos.

-¿Qué hayan sido alumnos y compañeros quienes le hayan propuesto, le da un valor añadido al premio?

-Hombre, sí, todo el reconocimiento externo es positivo porque avala lo que tú puedas estar haciendo. Soy joven, tengo 45 años y llevo 20 años en el mundo de la docencia y este tiempo has ido plantando semillas no para conseguir un premio, sino porque creo que es mi vocación y siento que la educación es la clave de cualquier mejora social y por eso hace años que decidí dedicar mi vida a esto.

-¿Por qué son especiales sus clases?

- Creo que los alumnos valoran en general que estés motivada, que te prepares las clases, que con tus limitaciones, sepas de lo que estás hablando, que te preocupes de darles información, artículos, documentación actualizada; intento ofrecer metodología activa, intento que reflexionen mucho, que sean críticos, que participen entre ellos, que sepan trabajar en equipo. Además soy bastante cercanía, realizo seguimiento constante, me implico en su aprendizaje, e intento que vean la importancia que van a tener en un futuro, porque van a ser los próximos docentes. Intento que se lo crean, que son personas clave para esa sociedad más próspera y que estén en continua mejora. Cada grupo es un mundo, las clases las construimos entre todos y unas veces te sale mejor y otras piensas que habría que cambiarlo, soy bastante autocrítica también.

-¿Qué le gustaría mejorar?

-Bueno, a veces a pesar de que insistes en el feedback de ellos, ves que hay alumnado que sientes que en ese momento no se implica... Ellos me dicen: "nos haces pensar tanto". Eso me lo voy a tomar por el lado positivo (risas). A veces dicen que van perdidos y yo soy consciente de eso y cada vez lo manejo mejor; porque al inicio de ser docente quieres tener todo muy atado, pero luego vas ya fluyendo más, pero bueno, recojo la crítica porque yo les pido comentarios y me dicen que se sienten perdidos también porque están habituados a un tipo de docencia más continua, más fija... y lo mío es más un aprendizaje por proyectos, por competencias, por inquietudes y yo soy consciente de que al principio puedes crear cierto revuelo.

-¿El premio supone más presión?

-Espero seguir con la misma ilusión y tampoco siento más presión. He sentido que he tenido mucho impacto, en la universidad y fuera, porque me muevo mucho fuera de la universidad y me alegro de verdad cuando recibo correos de personas con las que he trabajado hace años , o he dado clases... espero seguir haciéndolo lo mejor posible siempre, buscando mi mejor versión, como también le pido al alumnado y como tenía hace muchos años en el pie de página de mi correo electrónico ese grabadito de Goya que dice Aún aprendo, pues no sé hasta cuando estaré trabajando o viviendo porque yo creo que estamos aprendiendo toda la vida, aunque no estemos en activo. Sí que es cierto la idea de que cuanto más sabes, más consciente eres de o que aún te queda por conocer y eso es maravilloso.

-El premio está dotado con mil euros. ¿A qué los destinará?

-Estoy pensando si a alguno de compromisos sociales y de voluntariado que tengo... No sé como haré o algo familiar porque me ha parecido muy bonito ver la ilusión en los ojos de mis hijos, no tanto porque yo les haya dicho sino porque la gente del centro educativo o familiares que les dicen "Ay tu mamá". Y la verdad es que ha sido uno de los momentos más tiernos y de los que he podido disfrutar porque he querido dedicar tiempo para llamar a docentes que he tenido en mi vida y les he querido dar las gracias porque creo que soy gracias a ellos y eso me parece muy bonito poner en valor la labor de muchos profesionales que han pasado por nuestra vida; por sus aciertos y sus equivocaciones. Con eso no digo que la educación sea perfecta pero qué sería el mundo sin sus maestros y sin profes.

-En febrero recogerá el galardón. ¿De qué hablará? ¿De quién se acordará?

-Me acordaré de mis padres que ya hace unos años fallecieron, y que a pesar de que ellos no tuvieron una educación más allá de la básica, quisieron dar a sus hijos la mejor educación que pudieron; y me acordaré de mi familia, la que he creado yo. Y voy a dar un mensaje a favor de la inclusión; ha aparecido algo que yo viví y es que hubo una maestra particularmente, que se reía de mí y me decía que no sería nada en la vida, y la idea de que no somos nadie para decirle a nadie lo que va a ser en la vida, que no seamos tan osados, ni siquiera los padres, que por mucho que nos creamos, somos capaces de aprender y autosuperarnos. Luego un mensaje de libertad; la educación tiene que dar igualdad de oportunidades y de equidad para elaborar la libertad real de opinión, de posicionamiento espiritual, sexual... y en este sentido, me acordaba de lo que se oía esta Navidad, cuando recomendaban no hablar de política o de religión con la familia. Y yo pensaba, caramba, hasta que no dejemos de decir eso yo no sé qué libertad existe. Pienso que cada uno puede tener sus inclinaciones religiosas, políticas, sexuales, las que quiera siempre que sean respetuosas y ahí la educación tiene mucho que hacer. Un discurso en este sentido de libertad, inclusión e igualdad, que son aspectos en los que creo muchísimo.