- Ha roto un maleficio de 35 años de sequía para Aragón en los Premios Nacionales de Moda. ¡Menudo subidón!

Gente a la últim@

- Ya lo fue que me dijeran que iba a representar a Aragón. Ahora que lo dices, desde pequeño tenía el pálpito como de que iba a hacer algo por mi tierra. Decía: «algún día saldré en la portada del periódico». Y mira, ya estoy en la contraportada (risas).

- Agradece el premio pero no se conforma. El ‘lamarismo’ quiere más. Está metido de lleno en el lanzamiento de su marca.

- El año pasado vine de Madrid con la intención de quedarme aquí. Me gustó salir fuera pero volver y operar desde aquí fue una decisión. En octubre, Fitca me consiguió a Fernando Marco, que lleva cincuenta años dedicado a la sastrería. Trabajar con él ha sido parte de un proceso de mucho crecimiento y de mucha reflexión que también tiene que ver con las dos líneas que voy a crear para mi marca. Por un lado, hemos lanzado Lamar Contemporary, una línea de prêt à porter, en la que se trabajará por encargo y con diseños exclusivos. Y, por otro lado, una línea de sastrería, en la que vamos a ofrecer servicios a medida y asesoramiento.

-Es un firme defensor del kilómetro cero. Eso es parte de la filosofía de su marca.

-Es lo que tenía claro... Estoy trabajando con un grupo de confección, con talleres, con creadores de complementos... Son profesionales que han creído en el proyecto. Si Lamar crece, creceremos todos. Y ayudaremos a mover el sector en Aragón.

-En cualquier caso, es casi una máxima suya desafiar a esa moda devoradora de tiempos y temporadas.

-Yo quiero vivir y hacer lanzamientos sin tener que pensar que tengo que sacar una cosa cada mes. Y, además, pienso que el ritmo de la moda es innecesario e insostenible para el medio. No lo concibo en mi día a día. Mi marca va a ser reflejo de cómo entiendo las cosas. También es cierto que ahora no podría llegar a otro ritmo pero es que tampoco le veo sentido. A veces, veo colecciones en los que salen modelos como rebaños. Veo prendas que no me cuentan nada,

-En ‘Esto no es una colección’, la propuesta con la que ganó el premio nacional, hacía un guiño a Magritte. En ‘Legado XX’, galardón FITCA de Jóvenes Diseñadores había cierto recuerdo a Miguel Labordeta y a Buñuel. Y su primer triunfo en una pasarela, en la Aguja Goyesca, fue interpretando a Goya. El arte siempre está ahí.

-Mi punto fuerte como diseñador es desarrollar el concepto y necesito investigar. A veces, después de hacerlo, surgen otras cosas. Por ejemplo, después de Esto no es una colección he decidido que Lamar tendrá una colección permanente, un discurso anual, con prendas que se asemejen a objetos... Y todo ese camino, es cierto, me ha ayudado a encontrar lo que quiero hacer, que tiene mucha relación con el arte. Pero ahora quiero beber de los artistas contemporáneo. Busco algo mucho más lleno de color, más urbano.

-En septiembre desfilará en Aragón Fashion Week, pero ya ha dicho que su objetivo es Cibeles.

-Ahora quiero centrarme en mi marca y posicionarla. Y, cuando lo haya hecho, volveré a las pasarelas. Cibeles está muy bien pero no hay nada como vender una prenda. Eso es lo que necesito. Y ahí tenemos un gran escaparate en las redes sociales. Crear una colección, afrontar una pasarela... Son cosas que cuestan dinero. Además, si voy a ir a Madrid, a Samsung Ego, que sería mi objetivo, sé que voy a querer hacerlo bien, sé que voy a querer ganar.

-¿Siempre supo que la moda sería su camino? Creo que empezó dibujando...

-¡No enhebré una aguja hasta los 20 años y ahora tengo 28! Sin embargo, ahora, saber cómo se construye una prenda me facilita mucho poder diseñar. Conforme crecía yo no sabía si me interesaba la moda, pero sí la imagen de las personas. ¡Asesoraba a mi padre cuando tenía que elegir ropa! Con 16 años empecé a trastear con la serigrafía. Me customizaba la ropa, hacía camisetas para mis amigos... Una profesora de dibujo me habló del Bachillerato de Artes. Llegar a la escuela en el Actur fue increíble. Vi que era mi mundo. Al terminar, hice diseño gráfico y, por culpa de aquellas camisetas, empecé a investigar si había algo de confección. Me formé en patronaje en el Luis Buñuel, Conocí Hacer Creativo... Y luego llegó el premio de FITCA, que me permitió estudiar en el Instituto Europeo de Diseño.

-El diseño gráfico le ha dado también alguna alegría.

-Es una parte de mi trabajo que no tengo desarrollada, pero siempre estoy en exposiciones y tuve algún segundo premio en el cartel de fiestas. Un año pienso empapelar Zaragoza con el cartel de fiestas. Pero, es curioso, el diseño gráfico me ha ayudado como diseñador. Siempre digo que es importante saber de diferentes disciplinas.