Los carteles anónimos en las comunidades de vecinos son uno de los temas más virales en las redes sociales, especialmente en Twitter, por las situaciones tan absurdas o rocambolescas que comentan.

Los motivos por los que generan polémica y debate son muchos. Desapariciones de cuadros, gimnasios improvisados en casa, puertas abiertas, críticas a Halloween... Los carteles de vecinos resultan tan diversos como diversas son las personas que comparten un inmueble, y algunos casos dan incluso para varias entregas.

La gracia de estos mensajes depende del grado de tolerancia del molestado, del incordio de quien molesta y de cómo los usuarios se toman los hechos desde la distancia que confieren sus pantallas.

En muchas ocasiones no resulta difícil empatizar con algunos de los hechos denunciados, por lo familiares que resultan. Pero, en otras, más de uno desearía no compartir rellano con las mismas personas que cuelgan (o son señaladas) en los mensajes.

Adorables para unos, molestos para otros

Los protagonistas de esta historia son unos seres muy célebres en la red. Estrellas del entretenimiento casi desde el origen de Internet. Los gatos. Esos animales que triunfan con sus vídeos de caídas, peleas u obsesión por las cajas.

Los gatos son adorables y divertidos, pero hay veces que también pueden resultar molestos para algunas personas. Esto último es lo que ha sucedido en una comunidad de vecinos, concretamente en el garaje. Al parecer, un amante de estos felinos decidió dar de comer a un grupo en el párking de la vivienda, acción que no agradó a uno de sus habitantes.

Un grupo de gatos comiendo en la calle. channelplus

La anónima o anónimo no encontró mejor manera para expresar su desagrado que dejar un cartel en el garaje, invitando a su vecino a que no les diera de comer allí. "Si te gustan los gatos, llévatelos a tu casa", reza rotundo el cartel, en el que también se informa de que la hija del afectado o afectada tiene miedo de los bufidos de estos animales.

Desconocemos en qué quedó la historia, pero seguramente el vecino que dio de comer a los gatos se lo pensará dos veces antes de continuar con su práctica. En vista de cómo se lo han tomado en la comunidad.