Dos días después de convertirse con su elegancia y su belleza en una de las grandes protagonistas del cónclave 'royal' que se reunió en Londres en la misa de Acción de Gracias celebrada en memoria del Duque de Edimburgo en la Abadía de Westmister, la Reina Letizia ha retomado su agenda institucional presidiendo el evento de clausura del proyecto de la Fundación FAD Juventud "Diversidad en Serie: Historias que merecen ser contadas".

Un acto que ha tenido lugar en la Casa del Lector, en el Matadero de Madrid, y en el que además se han entregado los premios del II Festival de Cortos "Diversidad en Serie", un proyecto de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción Juventud y Netflix para promover en las aulas la aceptación de la diversidad y generar nuevas vocaciones, motivando especialmente a los y las jóvenes creadores hacia un audiovisual que apueste por el compromiso social.

Apostando de nuevo por la combinación 'black & white' por la que se ha decantado en numerosas ocasiones en los últimos tiepos, la Reina ha lucido un estilismo sofisticado y rompedor en el que, además de lucir una de las faldas más 'atrevidas' y versátiles de su vestidor, ha recuperado el abrigo que comparte con la Princesa Leonor.

Un diseño corto en color blanco de Carolina Herrera, con doble botonadura central perlada, mangas ligeramente acampanadas y solapas clásicas que Doña Letizia estrenó en febrero de 2020 en la solemne apertura de las Cortes y la Princesa de Asturias lució en octubre de ese mismo año a su llegada a Asturias para presidir los Premios que llevan su nombre.

Desde entonces no se lo habíamos vuelto a ver a la Reina, que hoy ha optado por llevarlo sobre los hombros. Completando su estilismo, su llamativa falda de animal print de leopardo en blanco y negro de Roberto Verino, que cuelga en su armario desde 2017 y ha llevado en varias ocasiones, y un sencillo jersey de punto negro. Como complementos, stilettos y bolso de piel con cadena dorada al tono, consiguiendo un outfit bicolor de lo más actual y favorecedor.