Investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, de la Fundación Josep Carreras, y del IDIBELL del Hospital de Bellvitge han descubierto que la dotación epigenética de cada persona influye en la severidad de la enfermedad COVID-19.

El trabajo, que publica la revista 'EBiomedicine', lo han liderado Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras y catedrático de Genética en la Universidad de Barcelona; y Aurora Pujol, genetista del Consorcio de Investigación en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y jefa del Grupo de Enfermedades Neurometabólicas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL).

Los investigadores creen haber dado con un posible indicador de por qué los síntomas de la infección por COVID varían tanto entre personas, desde los que no presentan ninguna clínica hasta aquellos que necesitan ingreso en la UCI con respiración asistida de urgencia.

"Debido al elevado número de personas infectadas por el virus, que han saturado todos los sistemas sanitarios del mundo, pensamos que estaría bien tener formas de predecir con antelación si la infección por el virus en un determinado individuo requerirá hospitalización o simplemente puede ser controlada de forma ambulatoria", ha explicado Esteller.

"Sabemos -ha añadido- que la edad avanzada y la coexistencia de otras patologías (cardiovasculares, obesidad, diabetes, defectos inmunes) se asocian a una mayor gravedad de la infección, pero ¿qué sucede con el resto de la población que también llega a la UCI sin estos factores?".

Para poder responder a esta pregunta, los investigadores decidieron estudiar a más de 400 personas que habían dado positivo en COVID-19 que no pertenecían a ninguno de estos grupos de riesgo y estudiar su material genético en función de si no habían tenido síntomas o fueron muy leves, o si, en cambio, habían sido ingresados en el hospital requiriendo asistencia respiratoria.

"Encontramos que existían variaciones epigenéticas, en los interruptores químicos que regulan la actividad del ADN, en los positivos por el virus que desarrollaban un COVID-19 grave", ha indicado Esteller.

Según el investigador, "estas modificaciones suceden principalmente en genes asociados con una excesiva respuesta inflamatoria y en genes que reflejan una tendencia general a un peor estado de salud. Interesantemente, el 13% de la población mundial presenta esta firma epigenética (EPICOVID), por tanto, es la población de máximo riesgo y a la que hemos de cuidar especialmente", ha concluido el investigador.

Por su parte, la doctora Pujol ha subrayado que "los datos complementan y confirman la implicación de la respuesta antiviral dirigida por el interferón y su importancia en la evolución de la enfermedad", como explicaron en un estudio de secuenciación completa del genoma publicado en la revista 'Science' en septiembre pasado.

"Con estas herramientas avanzadas de medicina personalizada, tanto del campo de la genómica como del epigenómica, es posible diseñar modelos predictivos que permitan detectar pacientes en riesgo de peor pronóstico y, por tanto, mejorar su tratamiento y evitar el colapso del sistema sanitario", ha concluido Pujol.

La investigación forma parte de la campaña 'Más imparables que nunca', que la Fundación Josep Carreras puso en marcha en abril de 2020 para recaudar fondos para líneas de investigación sobre COVID-19 e inmunosupresión.