Los medicamentos forman parte de nuestra vida, de nuestro día a día en muchas ocasiones. Se trata de productos que no son inocuos. Que debemos conservar correctamente, pero también tomar adecuadamente, y siempre bajo la prescripción de un especialista.

Según advierten desde la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud (ODPHP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, los medicamentos pueden hacer que te sientas mejor y te recuperes cuando estás enfermo; si bien, si no seguimos adecuadamente las indicaciones podemos hacernos daño. "Puedes reducir la probabilidad de tener efectos secundarios de los medicamentos si sigues atentamente las indicaciones de la etiqueta o las que te haya dado el farmacéutico, el doctor o la enfermera. Los efectos secundarios pueden ser leves, como malestar de estómago, o más graves, como daño del hígado. Algunos incluso pueden ser mortales", mantiene la entidad.

La doctora en Farmacia Marisa Alonso, miembro de la subcomisión de Revisión del Uso de los Medicamentos de la Sociedad Española de Farmacia clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) y secretaria de SEFAC Castilla y León hace hincapié en la idea de tomar los medicamentos de forma segura porque según argumenta, al final, es la forma que tenemos de asegurarnos de que tienen el efecto que tienen que tener, y nos dan el menor número de problemas posibles.

Para ello, ve muy importante, en primer lugar, el conocer qué medicamentos tomamos, informarnos sobre ellos. "El desconocimiento sobre los mismos aumenta la probabilidad de tener más problemas con ellos. Esto es crucial a la hora de tomarlos de forma adecuada", añade.

Por otra parte, la miembro de SEFAC destaca que para tomar medicamentos de forma segura es necesario saber cuál es la forma correcta de tomarlos, puesto que no todos se toman de la misma manera. "Debemos saber qué momento del día es el más adecuado para tomarlos, qué cantidad de cada uno de los medicamentos debemos consumir, cuál es el máximo que podemos tomar sin peligro, si hay que tomarlo a la misma hora siempre, con alimentos o sin ellos", agrega.

Alonso subraya también que es crítico ser conscientes de que realmente estamos tomando el medicamento que nos conviene para la dolencia o patología que tengamos, que sea el adecuado a nuestro problema de salud, y que lo tomemos de acuerdo con unas pautas adecuadas a cada persona.

"No se puede generalizar la toma de medicamentos porque no todos son para los mismos problemas de salud y su toma difiere en función de la persona. Tienen un comportamiento diferente en cada cuerpo y esto nos lo dice el médico y el farmacéutico, de quienes debemos seguir sus instrucciones porque lo hacen para que sean lo más efectivos posibles con el menor número de problemas posibles", sostiene.

Conservar bien los medicamentos es importante

Otro punto importante a tener en cuenta sobre la toma de medicamentos de forma segura es el lugar en el que se conservan: "Es muy importante guardarlos en zonas secas y frescas, sin cambios de temperatura ni de humedad; por tanto, ni en la cocina, ni en el baño. No cambiar la temperatura ni la humedad porque en algunos casos afecta a la estabilidad del medicamento y no hace el efecto que debería tener".

En concreto, Marisa Alonso destaca que una de las cosas que afecta mucho a la hora de que aparezcan efectos secundarios es la interacción con otros medicamentos, un hecho bastante frecuente por ejemplo cuando el paciente toma medicamentos por su cuenta. En este sentido, advierte a aquellas personas en tratamientos crónicos a la hora de automedicarse, siempre consultarlo siempre antes con un especialista.

Efectos secundarios

Así, y sobre los efectos secundarios que pueden tener los medicamentos, desde una simple aspirina, hasta un enema, una pastilla o una vacuna, por ejemplo, la doctora en Farmacia subraya que pueden darse hasta tres tipos de efectos; uno bueno y terapéutico; ningún efecto; y en tercer lugar los efectos secundarios o perjudiciales.

"Depende de muchos factores. Por ejemplo, los efectos secundarios que pueden causar dependen mucho del medicamento que se esté tomando; pero también de la persona que lo esté tomando; de qué otros medicamentos esté tomando; de cómo tome el medicamento; de la genética de la persona", según revela la experta de SEFAC.

A su vez, Alonso detalla que los efectos secundarios pueden ser leves, moderados o graves. Con los leves dice que no hace falta hacer nada y podrían ser la somnolencia que provocan los antihistamínicos, o el estreñimiento de los opiáceos, que se pueden resolver fácilmente y son temporales.

Ahora bien, alerta de que hay efectos secundarios más fuertes, que se llaman 'moderados', y que requieren de una modificación del tratamiento, de la dosis, o de poner otro medicamento mayor, o bien de quitar el medicamento o cambiarlo. Por ejemplo, Alonso apunta que esto puede suceder con los medicamentos antiinflamatorios, que suben la tensión y hacen que los de la tensión no tengan el efecto que tienen que tener, un efecto secundario que implica modificar algunas cosas para poder solventarlo.

En cuanto a los efectos secundarios más graves, la secretaria de SEFAC Castilla y León advierte de que estos hacen que tengamos que ir rápidamente a Urgencias, o ingresar en un hospital, pudiendo ser mortales en algunos casos. "Hay varios estudios que ponen de manifiesto que muchas visitas a Urgencias son por problemas con los medicamentos", apostilla.

El beneficio es mayor que el riesgo

 Preguntada sobre el porqué se prescriben medicamentos aunque nos puedan causar efectos secundarios, Marisa Alonso lo justifica en que su efecto positivo, su beneficio, merece más la pena que el efecto negativo, supera al riesgo de tomarlo, puesto que estamos tomando un medicamento diseñado frente a un problema de salud determinado.

"Si lo tomamos no significa que nos vaya a provocar efectos secundarios, que los hay, pero son poco frecuentes, y la gran mayoría raros, siendo las posibilidades de que te toquen relativamente bajas. El efecto positivo de un medicamento es mucho mayor que el riesgo que puede suponer la posibilidad de efectos adversos, como se está viendo con las vacunas por ejemplo", argumenta la experta.

De hecho, la miembro de la subcomisión de Revisión del Uso de los Medicamentos de la SEFAC remarca que con las vacunas, el efecto secundario más visible son los raros trastornos de coagulación, aunque son "efectos secundarios muy raros", cuando "fumar tiene mucho más riesgo que la vacuna", y "el efecto positivo de la vacuna es mucho mayor que su lado negativo de que nos puede producir raramente un trombo". "La OMS lo dijo el otro día también que el riesgo de trombos es mayor con la COVID que con la vacuna", resalta Alonso.

Al final todos los medicamentos pueden producir algún problema, y todas las vacunas pueden producir algún problema, fiebre, malestar algunos días, pero si tenemos como referencia a las vacunas, gracias a ellas se han erradicado enfermedades que mataban a mucha gente, según justifica: "El beneficio es superior que los problemas que nos puedan dar y estos efectos secundarios no se van a presentar en todo el mundo, sino que serán casos contados".

Los medicamentos son productos que deben superar numerosos controles, estudios, y una vez que se empiezan a usar en un número mayor de personas, prosigue la doctora en Farmacia, se pueden ver algunas reacciones adversas. "Aumentando el número de personas a las que se administra aumenta la posibilidad de descubrir efectos adversos mayores, como sucede con las vacunas", señala.

 Con todo ello, la miembro de SEFAC recomienda que si alguna persona tiene algún problema con un medicamento, o bien sospecha de que alguno pudiera estar ocasionándole algún problema que se lo digan al médico o farmacéutico, encargados de comunicar las reacciones adversas de los mismos y hacer un seguimiento farmacológico del producto. En caso de emergencia o de sobredosis aconseja acudir a Urgencias o bien llamar al servicio de información toxicológica (915620420).