Las habituales cenas navideñas son un momento de distensión para muchos, y una oportunidad para darse un homenaje gastronómico en fechas tan señaladas. Sin embargo, en ocasiones desembocan en excesos alimenticios, que no todos los organismos soportan del mismo modo.

Es por ello que algunos recurren a la automedicación con el fin de aliviar los molestos síntomas de la pesadez estomacal. Y ahí, el fármaco más popularizado es el omeprazol, o lo que es lo mismo, el 5-metoxi-2-[(4-metoxi-3,5-dimetil-piridin-2-il)metilsulfinil]-3H-bencimidazol. Sin embargo, esta opción no siempre es la más indicada para el uso que se ha generalizado entre la población.

El omeprazol está indicado para su utilización en el tratamiento de la dispepsia, la úlcera péptica, las enfermedades causadas por el reflujo gastroesofágico y el síndrome de Zollinger-Ellison, causado por el tumor denominado gastrinoma. No se trata, por tanto, de un protector de estómago como tal, y además, siempre debe consumirse bajo prescripción médica, siendo adquirido con receta.

La principal contribución del omeprazol al organismo es facilitar que la mucosa esofágica cicatrice, previniendo más lesiones de la misma cuando se produce alguna de las dolencias listadas.

Los antiácidos, una mejor opción

Es por ello que la acidez de estómago no debe ser tratada específicamente con este medicamento, aunque puntualmente podamos sentir alivio de sus síntomas con su consumo. Lo adecuado es tratar dicho problema gástrico con los fármacos antiácidos, y siempre es conveniente hacerlo bajo supervisión de un facultativo.

Dichos antiácidos contribuyen a tratar la acidez gástrica, o lo que popularmente se conoce como indigestión, y funcionan neutralizando el ácido gástrico que causa dicho problema. En todo caso, cabe tener en cuenta que dichas sustancias, producidas por el propio estómago, son necesarias para poder digerir bien los alimentos, por lo que el bloqueo de su fabricación no es necesario, salvo que exista algún contratiempo de salud específico al respecto.

Los principales antiácidos son el bicarbonato, el carbonato cálcico o las sales de aluminio y magnesio, y sus principales beneficios vienen relacionados con su efecto casi inmediato que genera una rápida sensación de alivio, si bien también debe tenerse cuidado con su consumo, dado que pueden encubrir enfermedades como úlceras o gastritis

Efectos secundarios del omeprazol

Como todo fármaco, el omeprazol tiene además una serie de efectos secundarios que hacen que haya que extremar las precauciones en torno a su consumo. Los más reseñables son el dolor de cabeza (cefalea), la diarrea, el dolor de estómago, las náuseas, los mareos, la dificultad para despertar y la pérdida de sueño. Todos ellos se consideran frecuentes, al afectar a más del 1% de personas que lo consumen.

Menos habituales, pero también indicados, están los mayores riesgos de problemas de salud tan dispares como las diarreas o las fracturas de cadera. Además, puede darse una interferencia con la regeneración de los huesos, así como minimizar la asimilación de la vitamina B12.

Por otra parte, el omeprazol interactúa perjudicialmente con fármacos como el diazepam, la fenitoína o la warfarina, retrasando la eliminación de todos aquellos compuestos que se metabolizan por oxidación hepática por el citocromo P-450.