Cerca de 40.000 toneladas de hormigón y otros materiales volarán por los aires en Andorra este viernes 13 de mayo. Así ocurrirá con la demolición controlada de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra, cerrada hace casi dos años y que puso fin al último reducto que quedaba de la industria del carbón en Teruel. Hace ya meses que Endesa tiene marcada la fecha en rojo en el calendario de los trabajos de desmantelamiento de estas instalaciones que viene desarrollando desde hace 14 meses.

Seguirá quedando en pie la mítica chimenea de 343 metros, cuya destrucción está prevista para principios del próximo año y marcará también un hito.

La demolición será controlada mediante una detonación de las tres torres con forma hiperboloide. Son idénticas en sus medidas y características geométricas, con 83 metros de diámetro en su base y 50,7 en la coronación. Fueron construidas entre 1978 y 1979 en hormigón y cada una de ellas tenía un peso de 12.577 toneladas.