Las calles de Zaragoza se han teñido de rojo, negro, blanco y verde este sábado en solidaridad con el pueblo palestino. Unos colores que, para muchos, representan algo más que una bandera. Son su esperanza. Su forma de afrontar lo que sucede a miles de kilómetros de distancia, en la que, para muchos, un día fue su casa. "Gaza, no llores, volverán tus colores", han pregonado a voz en grito los más de mil ciudadanos que han abarrotado una marcha convocada por la Casa Palestina y que ha transcurrido desde Plaza Huesca hasta la calle Santander.
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