El rey Juan Carlos ha aterrizado en Vigo en la segunda ocasión que regresa a España tras su retiro a Abu Dabhi y ha bajado las escalerillas con cierta agilidad. El motivo de su viaje también se repite, se desplaza a la localidad gallega de Sanxenxo para entrenar a bordo del velero Bribón junto al resto de la tripulación. La diferencia esta vez es que el viaje pretende ser más discreto que el que protagonizó hace un año. No ha bajado la ventanilla para hablar con la prensa a la salida, se ha limitado a saludar con la mano. Las cámaras no podrán acceder al club náutico y no habrá posado fotográfico. Menos de una hora después llegaba a la casa de su amigo, el empresario Pedro Campos, con quien se va a alojar estos días. Se especula con que la visita del emérito pueda alargarse algún día más allá del fin de semana de regatas, y no se descarta que su intención sea regresar de nuevo en las próximas semanas para preparar el campeonato del mundo de vela en el que desea participar. Hay regatas en Sanxenso antes y después de las elecciones de mayo.