Desde que empezaron las protestas en septiembre han sido detenidas unas 1.500 personas, la mayoría jóvenes. Esta semana ha habido además un llamamiento a la huelga que ha dejado imágenes de calles vacías y comercios cerrados en algunas ciudades. Lejos de ceder, el líder espiritual Ali Jamenei ha hecho un llamamiento a una reconstrucción cultural de la revolución porque en ella aparecen, según dice, debilidades. Nada indica un ablandamiento de ningún tipo, al revés. Mosin Shekari fue detenido al comienzo de las protestas acusado de cortar la calle y de atacar con un machete a un miembro de la milicia al que hubo que dar puntos. La acusación se amplió a la de ser enemigo de Dios, un delito genérico que lleva a la horca. La ejecución es una señal para los demás. Se cree que son una decena los condenados a muerte que esperan la ejecución.