Aunque las calles parecen tranquilas, han sonado hasta tres veces las alarmas aéreas durante el día. Los residentes de Kiev procuran seguir con sus vidas mientras la guerra sigue siendo una realidad en su país. Los hay optimistas. "No estoy preocupado. Creo en las Fuerzas Armadas de Ucrania". Y los que por el contrario se muestran intranquilos. “Estoy muy preocupada por nuestros soldados. Es muy difícil para ellos. Es invierno, hace frío. Veo las noticias y hay niños pequeños muriendo, es terrible". Para algunos la solución es simple. "(Ucrania necesita) más armamento para la victoria. Eso es todo". Para otros no tanto. “Lo primero es garantizar que el sistema de distribución de la ayuda humanitaria funcione correctamente. También se necesita más ayuda humanitaria”. Porque a pesar de que se acaba de anunciar el envío de tanques de los aliados occidentales, para los residentes de la capital, la ayuda se queda corta. Este martes las tropas rusas han bombardeado una zona residencial en la ciudad de Bajmut donde han muerto dos personas, una de ellas un niño de doce años. Continúan aumentando, para desgracia de todos los ucranianos, las víctimas de la guerra.