Una reliquia de la época soviética ha sido el único carro de combate que ha atravesado esta mañana la Plaza Roja. De los modelos más modernos, ni rastro. Los misiles intercontinentales han vuelto a destacar en un más que modesto despliegue de armamento. Nada de aviones ni helicópteros. Han desfilado 3.000 soldados menos que el año pasado, y hasta Vladimir Putin ha acortado un poco su discurso. Ante militares que han combatido en Ucrania y mujeres e hijos de otros que siguen en el frente, ha querido aparecer no como el agresor, sino como la víctima. "Se ha desatado una verdadera guerra contra nuestra Madre Patria, pero hemos rechazado el terrorismo internacional, protegeremos a los residentes del Donbás y garantizaremos nuestra seguridad".