Madrid entera se echa a la calle para recibir al rebaño. Mil ovejas merinas y cien cabras retintas cruzan el corazón de la ciudad haciendo el recorrido que durante siglos ha sido su cañada. La multitud se muestra jubilosa ante el paso de las ovejas y aclama a sus pastores.

Este acontecimiento festivo que crece cada año reivindica la conservación del pastoreo trashumante, los 125.000 kilómetros de cañadas y veredas y la importancia del mundo rural.

Y hasta el rebaño parece haberse adaptado a la capital, unas cabras buscan sitio en sus típicas terrazas.