El papa Francisco, de 86 años, ha recibido el alta en la mañana de este sábado después de permanecer tres días ingresado por una bronquitis. Antes de dejar el hospital Gemelli de Roma para dirigirse a la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, el pontífice ha dado las gracias al personal médico por su trabajo. En la puerta ha saludado también a los periodistas que han hecho guardia. "Todavía estoy vivo", ha revelado Jorge Mario Bergoglio.