La población española en riesgo de pobreza disminuye casi dos puntos respecto al año pasado pero siguen siendo demasiados, un 26%. También se reduce la población que tiene carencias materiales severas, del 8,3% al 7,7%. Son quienes no pueden permitirse poner la calefacción o el aire acondicionado, comer carne o irse de vacaciones. Los datos un poco más positivos y tienen como telón de fondo la mejora del empleo. La población con baja intensidad de empleo dismiuye tres puntos pero sigue siendo un problema, igual que los precios de alimentos y vivienda que impactan en las economías de las familias con menos recursos