Si hay algo que no se puede negar a los narcotraficantes es el ingenio para tratar de pasar la mercancia como sea. A veces emplean tecnología muy sofisticada y otras inventos más mundanos.
No les ha hecho falta despeinarse, al menos a ellos, para encontrar las 19 cápsulas de cocaína que iban ocultas en una peluca. Lo vieron a través de un escáner. Con unas tijeras desmontaban la trama, cuanto menos sorprendente, de un hombre de 40 años. Ni astuto, ni sofisticado, sólo un peluquín, posiblemente el más caro de la historia, ya que transportaba unos 10.000 euros de droga.
El largo historial de técnicas policiales para interceptarla obliga a los narcos a hacer todo tipo de argucias para mover la droga de un lado para otro y muchas veces, su ingenio no tiene límites. Aquí el ejemplo. Cuando creíamos haberlo visto todo, nos encontraos esta narcopeluca.