El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Jaca dictó ayer un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza para el hombre detenido en la localidad oscense de Jaca el pasado día 5 por las supuestas agresiones a su expareja.

El detenido, de 39 años, pasó ayer por la mañana a disposición judicial para prestar declaración. En su auto, el juez considera que el detenido puede ser responsable de un delito de violencia contra la mujer en su modalidad de lesiones agravadas por lo que considera adecuado su ingreso en prisión.

La agresión se produjo sobre las 23.00 horas del lunes pasado, en el rellano de la escalera de la casa donde vive la madre de la víctima, en la zona de Membrilleras.

Brutal paliza

Los hechos fueron denunciados y efectivos del Cuerpo Nacional de Policía en Jaca detuvieron dos horas más tarde al presunto autor de la agresión. Al parecer, una conocida de la víctima la oyó pedir auxilio dando fuertes gritos e inmediatamente decidió llamar a la Policía para que interviniera lo antes posible por el grave riesgo de la agresión.

Según señalaron fuentes cercanas al caso, el hombre abordó a su expareja y comenzó a golpear a la víctima la tiempo que la tiraba al suelo mientras ella gritaba que la iba a matar. El atacante continuó dándole patadas y luego huyó de la casa corriendo.

La mujer, de 42 años, fue trasladada de inmediato al centro sanitario de la ciudad pirenaica, donde fue a asistida de varias lesiones, especialmente en la cara. Los médicos apreciaron que sufría un traumatismo craneoencefálico y le dieron varios puntos en la boca. Asimismo le vendaron la nariz. La agredida recibió el alta hospitalaria el pasado martes.

Mientras tanto, el supuesto autor fue conducido a dependencias policiales, donde prestó declaración al imputársele la supuesta comisión de un delito de malos tratos.

Al parecer, no existen denuncias previas ni órdenes de alejamiento. La Policía recabó datos de varias personas que acudieron en ayuda de la mujer al oír sus gritos. La encontraron ensangrentada y cubierta de magulladuras.

Presentaba un estado de gran nerviosismo que inicialmente le impidió prestar declaración, según relataron testigos presenciales.