Ya se conoce quién ocupará la plaza de magistrado titular del nuevo Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza. Será Octavio Tobajas, cuyo nombre lo dio a conocer el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) después de que se haya puesto en funcionamiento dicha sede judicial a medio gas porque todavía no puede ejercer su trabajo, siendo asumido por los responsables del número 1 y 2 especializados en Viogén que, casualmente, son el motivo de este nuevo juzgado porque están sobrecargados.

Llegará, inicialmente, en el mes de mayo, aunque la fecha exacta se desconoce. El presidente del TSJA, Manuel Bellido, afirmó que «el 18 de abril se publicará su nombramiento en el BOE y luego tiene 20 días para trasladarse». En la actualidad está destinado en La Rioja, en un juzgado de Tudela, por lo que también tendrá que realizar un curso, que tiene una duración de unas dos semanas, de la especialidad de Violencia de Género. 

Bellido confió en que «no habrá problema ni el servicio se resentirá lo más mínimo» por el retraso de la incorporación del juez titular, además de defender la apertura del nuevo Juzgado porque al haber hasta ahora solo dos en Zaragoza «se complicaban las guardias» y ahora los asuntos se resolverán «con mayor rapidez».

Durante una visita a las nuevas instalaciones acompañado de la consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez; la directora general de Justicia, Mariángeles Julve, y el juez decano de Zaragoza, Roberto Esteban, conocieron el funcionamiento de esta nueva sede judicial en la que se han incorporado ocho funcionaros, dos menos de los que tenían inicialmente los juzgados 1 y 2 , si bien Pérez se comprometió a aumentar la plantilla «si es necesario». No obstante, destacó que hasta ahora había diez, cuando en el catálogo de puestos de trabajo se marca un máximo de ocho. «Todos los recursos que desde las instituciones ponemos en marcha son necesarios y nunca suficientes» para abordar «este fenómeno que nos avergüenza», insistió. 

Aunque este juzgado se creó para aliviar la sobrecarga laboral, el número de asistentes sociales o peritos se mantiene igual.