El Periódico de Aragón

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VIOLENCIA MACHISTA

Los forenses descartan la esquizofrenia del asesino machista de Katia, pese a tenerla diagnosticada

Apuntan a una psicósis tóxica y no a un brote psicótico. En el 2016 se emitió un informe médico sobre la enfermedad mental del acusado

Rubén Calvo Ropero, en el banquillo de los acusados. JAVIER CEBOLLADA / EFE

La tercera sesión del juicio contra Rubén Calvo Ropero, autor del asesinato machista de Katia en mayo de 2021 en Zaragoza, era clave para determinar su grado de imputabilidad, después de que las pruebas señalen al joven que se sienta en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza como el autor de dicha muerte violenta. Sin embargo, las dudas se mantuvieron al finalizar la vista, puesto que los especialistas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) rechazaron que actuara motivado por una esquizofrenia de la que no se trataba, pese a que sí fue diagnosticado de dicha enfermedad mental. Circunstancia que derivó en un rifirrafe entre la abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, y el forense Eduardo Cantón, que acabó diciéndole: "Si lo desea, me marcho y acabamos antes".

La polémica radica en que los funcionarios del Imlcfa emitieron un informe el 22 de junio, tras entrevistarse con el agresor y analizar un historial clínico que estaría en ese momento incompleto. No fue hasta el 28 de junio cuando el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza remitió un informe en el que se apoya la defensa para que el jurado estime la eximente de enfermedad mental y así conseguir rebajar la pena de 26 años de prisión que solicita el Gobierno de Aragón, que ejerce la acción popular, o la de 23 años de la Fiscalía que durante la instrucción consideró que sufrió un brote psicótico. Dicho expediente sanitario que no habría sido tenido en cuenta es en el que a Rubén Calvo Ropero se le diagnostica una esquizofrenia paranoide, que data de 2016 cuando el agresor tenía 27 años. Lo firma el doctor especializado en Psiquiatría del Centro de Salud de la Jota, Luis Vicente Ropero. En él se señala que "el paciente está desajustado por escasa adherencia al tratamiento" y aconseja "control por Psiquiatría de la zona".

Sin embargo, para los forenses no hay rastro de esquizofrenia paranoide y sostuvieron que lo que sufrió el encausado fue una psicosis tóxica por el consumo de estupefacientes y alcohol, pero no un brote psicótico como tal. Añadieron que tuvo mermada de forma leve sus capacidades, si bien destacaron que así lo estiman por la entrevista que se hicieron con el propio Calvo Ropero, pero que no pudo hacerse una analítica porque "no pudo dar su consentimiento al estar en coma" cuando ingresó en el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza tras intentarse quitar la vida al tirarse por la ventana después de cometer el crimen.

Basan su informe forense en que "tiene una memoria selectiva" porque el encausado no les contó nada del momento del asesinato, pero sí de las cuestiones previas y posteriores al mismo como el pormenorizado consumo de speed, marihuana y cervezas que ese día consumió, así como detalles de las relaciones sexuales que mantuvo con Katia y que "sospechaba que tenía seis amantes". "No es un esquizofrénico, lo que tiene es una personalidad límite, narcisismo y toxicomanía que todo junto provoca que tenga problemas de control de sus impulsos y actúe de forma agresiva", aseveró Cantón.

También destacó, a la vez que su compañera Susana Cosculluela, que "en 10 minutos no desaparece un brote psicótico" en relación con su comportamiento posterior al crimen en el que la Policía Nacional llegó a escuchar: "Esto ha pasado por culpa tuya, hija de puta" y "No quiero estar 30 años en la cárcel, me cortarán la polla, llamad a mi padre". "Lo habitual en crímenes cometidos por esquizofrénicos es que se queden junto al cadáver y estén fuera de sí. De hecho, se necesita a veces sedación completa porque el sujeto presenta una desconexión con la realidad que hay que romper de alguna forma", añadió el médico legal, quien también refirió que "Rubén Calvo Ropero nos hizo creer que desconocía que había matado a Katia y cuando se lo dijimos su respuesta fue la frialdad emocional".

"Nos hizo creer que desconocía que había matado a Katia y cuando se lo dijimos su respuesta fue la frialdad emocional"

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Frente a este informe realizado por los funcionarios estuvo la del perito presentado por la abogada defensora. El doctor Jesús Pérez Aznar aseguró que por la medicación que le fue administrada, así como por todos los informes sanitarios que pudo analizar, su conclusión es, sin ningún género de dudas, que Rubén Calvo Ropero sufre esquizofrenia paranoide y que no ha estado controlado farmacológicamente, lo que hubiera evitado un episodio violento como el asesinato de Katia o cuando agredía a su padre, con el que un juzgado impuso una orden de alejamiento para protegerle.

Otros forenses, los que realizaron la autopsia a Katia, destacaron la brutalidad de la agresión con "más de 60 cuchilladas" a lo largo del cuerpo de la joven nicaragüense. "Fue cosida a puñaladas", afirmó José Manuel Arredondo, quien especificó que sufrió un shock hemorrágico después de que los diferentes cuchillos empleados perforaron los pulmones, el corazón, el hígado y la carótida.

Asimismo, recalcó que el primer ataque fue por la espalda y que el resto de lesiones fue sobre el suelo. La víctima trató de defenderse, tal y como pudieron observarse en "las heridas en los brazos y las manos".

El juicio continuará este jueves con las conclusiones de las partes para luego comenzar el momento de la entrega del veredicto al jurado.

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