El Periódico de Aragón

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VIOLENCIA MACHISTA

Jueza Viogén en Zaragoza: "Cada vez tengo más víctimas jóvenes, es muy preocupante"

Belén Ballestín es magistrada del Juzgado sobre la Mujer en Zaragoza I Ve fundamental dar asistencia psicológica inmediata para evitar que vuelvan con ellos

Belén Ballestín es la magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza. ANDREEA VORNICU

Belén Ballestín nació tal día como hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Para ella, una señal de que estaba predestinada a proteger a las víctimas de la violencia machista. Así lo hace desde hace cinco años al frente del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza, si bien desde que comenzó en la carrera judicial hace 20 está al frente de esta especialidad. Aunque posa para este diario con la característica toga de los magistrados, reconoce que solo la lleva en los juicios porque «así no se puede empatizar con las víctimas. Más bien asustas». De su experiencia saca una conclusión para acabar con esta lacra: «dar una asistencia psicológica inmediata para que no vuelvan con sus agresores, así como conseguir que sean independientes económicamente».

Recuerda perfectamente el día en el que le asignaron llevar los casos de violencia machista. «Estaba en uno de los juzgados mixtos de Almansa y lo echaron a suertes. Me tocó a mí esta gran responsabilidad de la que no había experiencia alguna». Por no haber, enfatiza, «no existía ni una especialización policial para llevar estos casos». «Todavía me acuerdo del funcionario que era el que escuchaba, porque él quería, a las víctimas y que hacía entender humanamente que lo que le estaba haciendo el marido no debía consentirlo. Le sugería cosas, pero nada más», añade.

Una vista atrás que para Ballestín demuestra que «se ha avanzado enormemente, aunque faltan cosas por hacer». Una de ellas, es que las mujeres que denuncian sean asistidas por un psicólogo en el mismo juzgado o en la Policía Nacional o Guardia Civil. «No puede ser que yo imponga una orden de alejamiento o de prohibición de comunicación y sean ellas las que las incumplan», lamenta, mientras destaca que se da la circunstancia de que cada vez más maltratadas regresan con sus agresores.

«Esto pasa porque se les da cita en los servicios sociales semanas después y el vínculo con ellos es muy fuerte porque les crean dependencia emocional». «Al no sentirse empoderadas, les dan una segunda oportunidad y te dicen que lo hacen porque les siguen amando», destaca. Muy ligado a esta necesidad, según la magistrada, está la de ofrecer una independencia económica a la víctima. «El perfil del agresor es siempre el mismo: hombre que la arrincona y le dice que ya trabaja él por ella, que la va a tratar como una reina, pero es la forma de controlarle puesto que depende de él hasta para tomar un café», afirma.

"El perfil del agresor es siempre el mismo: hombre que la arrincona y le dice que ya trabaja él por ella, pero es todo para controlarla"

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Dos reclamaciones que observa en las mujeres que a diario atiende en su despacho. Se sienta con ellas en la silla contigua y las escucha. «He cogido la mano, he secado lágrimas, he dado abrazos porque quien está ahí es una persona que cuando ve que le escuchas se abre. Muchas han venido con una denuncia por algo muy puntual y se han abierto tanto que han contado verdaderas pesadillas», señala, mientras destaca que cada vez tiene «más víctimas jóvenes, es preocupante». «Y esto pasa por todo lo que he dicho antes».

Lo hace así, defiende, porque «la sensibilidad es fundamental» en la materia en la que trabaja a diario. «La empatía es fundamental no solo en darles el trato que merecen, sino también en detectar, en ese trato tan directo, si hay una denuncia falsa. Son contadas, pero hay reconocer que también hay», asevera.

De hecho, incide en que la Justicia debe ser «ciega» y quitarse la venda cuando se ha dictado sentencia. «Aunque no lo parezca, ese trato no hace que me posicione directamente en favor de la mujer que estoy escuchando. También hay que hacerlo con el hombre».

Pide más medios para la UFAM de la Policía Nacional

Ese tú a tú es lo que «también hacen los hombres y mujeres que trabajan en la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón con unos medios más que cuestionables para la importancia del problema existente». «Faltan agentes y hasta ordenadores, que un día les visite y tienen que esperar a que uno deje libre el que está usando para poder trabajar», critica.

«Trabajan las 24 horas, los 365 días del año. Las mujeres les llaman en cualquier momento, son su apoyo y no es normal que un policía esté protegiendo a 115 mujeres. Es imposible hacerlo como les gustaría», añade esta jueza que insiste en «no dejar la solución a la violencia machista en manos judiciales o policiales, sino ir más allá y trabajar en valores y educación». 

Pide ayuda

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900 20 20 10Todos los recursos contra la violencia de género.

Policía Nacional (091) y Guardia Civil (062)


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