Piscóloga del Instituto Aragonés de la Mujer: "De la violencia machista se sale"

Casamián destaca que las secuelas psicológicas que sufren las mujeres víctimas de este tipo de violencia son «muy graves». «El maltrato psicológico está siempre haya agresiones físicas o no», destaca. De ahí que afirme que el trabajo emocional que implementa va siempre encaminado a «sacarlas del rol de víctima» al que les ha abocado su pareja o expareja.

«Se trabaja de manera individual, pero también grupal en algunas ocasiones, en que las mujeres dejen de sentirse culpables por cómo están en ese momento y que vuelvan a ser lo que eran antes de conocer a sus agresores», asevera. Un trabajo que, aunque el fin último se consigue, no es fácil. Lo reconoce, sin generalizar. «Depende mucho del apoyo de su entorno, de las posibilidades económicas y de la personalidad de cada una», asevera, mientras incide que «hay víctimas con personalidades muy fuertes que han conseguido anularse».

A su despacho llegan víctimas que ya han denunciado, pero también algunas que han dado el paso de contarlo, pero no se atreven a ponerlo en conocimiento de la Justicia. «Con estas últimas no solo las escuchamos y les hacemos ver que algunas de las situaciones que viven son machistas, sino que también las acompañamos a la Policía para que interpongan denuncia; si ellas nos lo piden».

También están junto a las mujeres en momentos como las citaciones judiciales. «Estamos cuando nos necesitan, incluso cuando vuelven a rehacer sus vidas y nos consultan si su nueva pareja puede ser o no un maltratador. No quieren volver a caer y nos piden cómo identificarlo». Según su experiencia, cada vez hay más denuncias de jóvenes y de mayores puesto que «hay más sensibilización». El testimonio de Rocío Carrasco elevó las consultas en el 900 504 405 y en el 016.