Una pelea entre dos vecinos del zaragozano barrio de El Gancho acabó con un hombre sin la oreja izquierda y el responsable de esta amputación detenido por tentativa de homicidio. La rápida actuación policial de varias dotaciones que estaban en las inmediaciones evitaron un trágico desenlace, ya que el sospechoso no paraba de gritarle que iba a matarle en el momento en el que fue sorprendido.

Este suceso tuvo lugar sobre las 20.30 horas en la calle Cerezo. La víctima se encontraba allí cuando, de forma sorpresiva, fue asaltado por detrás por el sospechoso, quien le cortó la oreja. Rápidamente comenzaron los gritos por parte de los vecinos y de los propios partícipes de la agresión que pusieron en alerta a varias dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

Cuando los agentes llegaron al lugar procedieron al arresto de M. B., de origen argelino, y a la toma de declaración de la víctima. Este les señaló que «un grupo de personas lo estaban persiguiendo» y que en un momento dado «el detenido y su pareja» le abordaron por detrás y le seccionaron la oreja que se desprendió del pabellón auditivo. A ello se sumaron numerosos golpes, según añadió.

Víctima y agresor se conocían. De hecho el día anterior fueron separados por una patrulla policial ante la discusión que ambos mantenían, también en plena vía pública. En aquella ocasión, el ahora arrestado le amenazó de muerte, si bien ninguno de ellos quiso denunciarse.

Todo cambió después de tener que ser ingresado en el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el Área de Cirugía plástica para intentar reimplantar la oreja, ya que el corte también le había afectado a una de las arterias y al propio oído. «Tanto él como su esposa me han dicho a mí y a mi mujer que nos iban a quemar la casa y a cortar el cuello», señaló el agredido a la Policía Nacional.

Su esposa, embarazada y que al enterarse del ataque tuvo que ser ingresada por riesgo de aborto, también recalcó que las primas de la mujer del arrestado les habían agredido en otras ocasiones previas y que incluso les habían puesto una prohibición de aproximarse a ellos. Pese a todo ello, ninguno quiso explicar el porqué de esta enemistad.

El sospechoso, M. B. y de 36 años, fue puesto ayer por la tarde a disposición del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, cuyo magistrado acordó la libertad provisional aunque le impuso una orden de alejamiento con respecto a su víctima. Asistido por la abogada Cristina Remón, negó los hechos ante el juez de guardia.