El pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Zaragoza desalojó a los vecinos del edificio número 12 de la calle José Zamoray. Tras una inspección, se había detectado que el inmueble se encontraba sobre una sima que hacía peligrar la estabilidad del edificio. No era la primera vez que el consistorio ordenaba el abandono de un edificio por encontrarse en riesgo de caída inminente, o declararlo en ruina, en este barrio. Desde el área de Urbanismo han intensificado las inspecciones en El Gancho para adelantarse a estas situaciones y exigir a sus propietarios un mantenimiento mínimo en un entorno donde las fachadas dejan entrever el estado de los mismos.

Este tipo de controles se concentran principalmente entre las calles Cerezo, Agustina de Aragón, Pignatelli, Zamoray y Miguel de Ara, que son las que presentan más problemas, con edificios antiguos, muchos okupados, con un más que evidente falta de mantenimiento.

Desde el Servicio de Inspección Urbanística se han realizado 124 expedientes desde el 2015, la mayoría en Agustina de Aragón (30), Cerezo (26) y Pignatelli (32).

En sus visitas, los técnicos verifican el estado de conservación del edificio y analizan si precisa de una actuación de mejora de la estructura o fachada (urgente o no) o simplemente necesita da una limpieza en profundidad, entre otras. En definitiva, comprueba que no haya edificios en ruina o entrañen riesgo para sus inquilinos y vecinos. Un trabajo rutinario que cobra especial importancia en este distrito. Del total, nueve revisiones se llevaron a cabo a principios del 2015 (aún con el PSOE), otras 77 durante los cuatro años de Zaragoza en Común (ZeC) al frente de la ciudad, y 47 desde que gobiernan PP-Cs (en dos años).

Todavía hay 20 expedientes abiertos, tres en la calle Agustina de Aragón, otros tres en Miguel de Ara, siete en Cerezo, seis en Pignatelli y una de Zamoray. Según informan desde Urbanismo, se trata de requerimientos, expedientes pendientes de informes técnicos, multas y sanciones.

En paralelo, y para evitar que los solares abandonados contribuyan a intensificar esa imagen de degradación que acompaña a esta zona, el consistorio tapió varias parcelas que solo servían para cumular suciedad.

El ayuntamiento mejorará la escena urbana de las calles más degradadas

Los vecinos del entorno de Pignatelli y Zamoray no quieren que la primera actuación que se lleve a cabo en su barrio se concentre en los alrededores de la iglesia de Santiago el Mayor, como pretendía el consistorio. Lo que quieren es que se adecuen los baldosines, las luminarias y el mobiliario público de las calles Agustina de Aragón, José Zamoray y Ramón Pignatelli. Creen que de este modo se logrará acabar con la imagen de degradación de este tramo del barrio y se reducirá la delincuencia. Parece que el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, que había marcado como prioridad arreglar los alrededores del templo, ha accedido a las reclamaciones de los vecinos. Esto no quiere decir que vaya a renunciar al proyecto, sino que se altera el calendario de obras. El ayuntamiento tiene una partida de dos millones para mejorar las calles del barrio y solo la actuación de la zona de la iglesia consume ya la mitad. 

Llama la atención que en el entorno de Pignatelli y Zamoray hay hasta 93 edificios catalogados. De hecho, uno de los proyectos del Gobierno de PP-Cs y que se contempla Plan Especial de Protección y Mejora de este entorno (que todavía está pendiente de negociarse con los grupos municipales) pasa por adecuar las edificaciones a los valores históricos y arquitectónicos expresados en el catálogo municipal de inmuebles de interés histórico-artístico.

No es una tarea sencilla ya que exige de una gran inversión. Además, en algunos casos la solución pasaría por la sustitución total de la edificación existente, dado su estado, algo que solo podría realizarse en aquellos edificios que obtuvieran la declaración de ruina.

Un objetivo que debe ir acompañado, a su vez, de la mejora de los inmuebles en peor estado. Para ello, el consistorio ha aumentado la línea de ayudas destinadas a la rehabilitación de inmuebles que, sin embargo, no acaba de tener el éxito deseado ya que el nivel de renta de los residentes de esta zona no es muy elevado. Además, muchos están okupados, por lo que el propietario no está dispuesto a invertir en estos inmuebles. La mejora de la escena urbana es competencia municipal.