Seis de cada diez jóvenes no sabe identificar a Miguel Ángel Blanco, cuyo asesinato en 1997 por la banda terrorista ETA supuso un cambio en la sociedad, que se lanzó a la calle a decir basta después de 48 horas de agonía y cierta esperanza en que el concejal del PP de Ermua no apareciera asesinado cruelmente. No fue así. Un ejemplo grabado en la retina de muchos de los españoles que lo vivieron, pero que no fue el único. En Zaragoza, más de 350.000 personas se manifestaron el 7 de mayo del 2001 hartos de vivir con miedo. Tres tiros por las espalda habían acabado con la vida del líder de los populares aragoneses, Manuel Giménez Abad, cuyo vigésimo aniversario acaba de cumplirse.

Pese a ser historia reciente, para muchos jóvenes parece un pasado lejano en el que no ha habido espacio ni para el olvido. Así se constató en La memoria de un país. Estudio sobre el conocimiento de la historia de ETA en España que analizó el nivel de conocimiento de la población española sobre el origen y las consecuencias de ETA. Realizado por GAD3, revelaba que el 40% de los jóvenes no habla de ETA.

En un momento en el que la recuperación de la memoria histórica está en pleno auge, impulsado principalmente por asociaciones que pelean por las exhumaciones de las innumerables fosas comunes que hay repartidas por España, el Ayuntamiento de Zaragoza quiere combatir otro olvido, el del terrorismo. Mantener viva la memoria de las más de 800 personas que fueron asesinadas por ETA y el incalculable número de heridos.

Concejalía Víctimas de Terrorismo

El primer paso que dio el equipo de Gobierno de PP-Cs fue crear una concejalía para las Víctimas del Terrorismo que está en permanente contacto con la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y el Colectivo de Víctimas del Terrorismo. Se puso en marcha el año pasado para «hacer justicia», para «mantener vivo el recuerdo de las víctimas» y para que las nuevas generaciones «conozcan lo que ha costado llegar hasta aquí», explica su concejala delegada, Patricia Cavero, en referencia al sistema democrático actual.

La capital aragonesa, que tiene un memorial a las víctimas de la Guerra Civil y la Posguerra en el cementerio de Torrero, ha sido duramente azotada por el terrorismo y ha sido escenario de la crueldad de ETA, los Grapo o El Frente Revolucionario Antifascista Vasco Aragonés (Frava) en varias ocasiones. En once ocasiones con víctimas mortales. El de la Casa Cuartel, a manos de fue uno de los más dolorosos y once personas (seis de ellas niños) perdieron la vida, también menores, mientras dormían.

 ‘Zaragoza jamás te olvida’

El consistorio quiere evitar que esas cicatrices del odio sean una cuestión del pasado y para ello, además de los tradicionales actos en recuerdo en San Juan de los Panetes, la Casa Cuartel y el Hotel Corona, está colocando placas con el mensaje de Zaragoza jamás te olvida en todos aquellos lugares donde los terroristas asesinaron cruelmente. La última ha sido la de Giménez Abad, asesinado en la calle Cortes de Aragón cuando se dirigía a La Romareda junto a su hijo Borja, de 17 años, a ver jugar al Real Zaragoza.

Por ahora son cuatro las que ya lucen en memoria de las víctimas. La primera en colocarse recuerda a Jesús Argudo, vigilante de General Motors asesinado por el Frava el 2 de mayo de 1980. «Fue muy especial porque a la familia le costó mucho que fuera declarado como una víctima del terrorismo y por eso decidimos que fuera esta la primera de las 12 placas que vamos a colocar entre este año y el próximo», explica la concejala.

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"'Zaragoza jamás olvida', las placas del recuerdo" JAIME GALINDO

En el paseo Constitución hay otra que lleva el nombre del doctor José Ramón Muñoz, asesinado por los Grapo el 27 de marzo de 1990, banda que también se llevó por delante la vida del Coronel del Ejército del Aire, Luis Constante Acín, el 19 de noviembre de 1980 en la confluencia de la calles Alférez Provisional y Gran Vía. El siguiente homenaje será el del empresario Publio Cordón, secuestrado por los Grapo en junio de 1995. El consistorio zaragozano quiere preparar un acto especial el próximo mes en su recuerdo.

En recuerdo

Por ahora son solo cuatro las insignias que recuerdan a las víctimas y que permiten que las nuevas generaciones conozcan su historia, que sepan que en ese lugar una banda terrorista arrebató la vida de una o varias personas, como sucedió el 11 de diciembre de 1987 en la Casa Cuartel, donde el ayuntamiento ha actuado este año embelleciendo todo su entorno. El consistorio también quiere resaltar la inscripción en la fachada lateral de San Juan de los Panetes, donde ETA hizo explotar una bomba al paso de un autobús con personal y profesores de la Academia General Militar el 30 de enero de 1987, matando a Ángel José Ramos Saavedra (conductor civil) y Manuel Rivera Sánchez (Comandante de Ingenieros). Al tratarse de un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), el ayuntamiento va a solicitar permiso a la Comisión de Patrimonio de la DGA para darles más visibilidad.

También quieren crear una completa hemeroteca digital de los atentados que se han producido en la capital, para que los jóvenes puedan informarse de lo que supuso el terrorismo en este país y conozcan uno a uno y en detalle los crueles ataques a través de recortes de prensa.

Los Grapo también asesinaron a Manuel Escuder , un vigilante jurado el 7 de abril de 1993 y a la empresaría Ana Isabel Herrero Izquierdo el 6 de febrero del 2006. La Organización Hoz y Martillo acabó con la vida del cónsul francés en Zaragoza Roger de Tur el 21 de noviembre de 1972.

El consistorio también colocará una placa en recuerdo de Ana María Suárez, víctimas del atentado yihadista en Cambrils el 17 de agosto del 2017