Las multas por exceso de velocidad en Zaragoza se han duplicado en solo un año y, además, en un año de pandemia, cuando se redujo el tráfico rodado a máximos históricos. Si en el 2019 ya se habían incrementado ligeramente hasta las 30.042, en el 2020 alcanzaron las 74.367. Según explican desde la Policía Local, este aumento se debe a la incorporación de nuevos radares multicarril y al mayor control de la velocidad, sobre todo en las calles limitadas a 30 kilómetros por hora o los ciclocarriles en las avenidas.

La modificación del Reglamento de Circulación que obliga a todas las ciudades de España a reducir de 50 kilómetros hora a esta velocidad las calles de un único sentido o de un carril por sentido entró en vigor ayer. Pero en la capital aragonesa se incluyó ya en la Ordenanza de Movilidad del 2009, pese a que entró en vigor a finales de 2010, y se restringieron todas las vías dando la prioridad al ciclista. Una década después, este cambio con el que se pretendía mitigar la siniestralidad no ha supuesto una drástica reducción en el número de accidentes, que se mantienen en torno a los 3.000: 3.169 en el 2019 frente a los 3.759 del 2010, cuando entró en vigor la orden, según la memoria de la Policía Local. El 2020 es representativo porque fue un año excepcional y la crisis sanitaria del covid ha alterado todas las estadísticas.

 Concienciación

Según explica el Intendente Principal Jefe del Área de Tráfico de la Policía Local, Juan Manuel Maroto, que la limitación en la circulación no haya servido para reducir los accidentes está directamente relacionado con la falta de concienciación de los conductores, motivo por el que se ha aumentado la vigilancia. 

Disminuir la velocidad permite, al menos, minimizar las consecuencias de los siniestros. Circulando a 50 kilómetros por hora las posibilidades de que un atropello sea mortal son del 80%, mientras que si el vehículo lo hace a 30 son del 20%, explica el jefe de Servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Josán Chanca, que asegura que el punto de inflexión en la conducción en España fue el carnet por puntos.

Según los Indicadores de tráfico y movilidad municipales, el año pasado, pese a la pandemia y el confinamiento, 185 peatones se vieron involucrados en un accidente de tráfico, mientras que en el 2019 fueron 280. En el 2014 la cifra alcanzó los 299.

Los accidentes de vehículos privados sí que se redujeron durante el 2020, algo lógico si se tiene en cuenta que el tráfico fue residual durante tres meses y todavía no ha alcanzado las cifras habituales. En el 2019 y el 2018 se mantuvieron estables (4.867 y 4.958, respectivamente) y se redujeron respecto a los años previos, cuando superaban los 5.000, según las estadísticas de tráfico y movilidad municipales.

La mayoría de los accidentes se producen en calles largas y con dos carriles, donde se tiende a correr. Por eso desde Movilidad recomiendan crear zonas de tráfico calmado, con vías estrechas y tramos entre los 50 y los 70 metros de largo, obligando al conductor a frenar en los pasos de peatones.

El ‘boom’ de los VMP/

Los siniestros con vehículos de movilidad personal (VMP) y bicicletas siguen al alza, en consonancia a su uso, que se ha incrementado hasta en un 80%. El año pasado protagonizaron 277 de los accidentes, frente a los 300 del 2019 (el peor año), los 206 del 2018 o los 282 del 2017.

La suma de unos y otros dejó un saldo de 1.077 accidentes con víctimas , cinco de las cuales fueron mortales y 1.072 resultaron heridas, durante el 2020, frente a los 1.228 del 2019, con 1.468 heridos y dos fallecidos. Años atrás, en el 2014, hubo 1.256 siniestros con víctimas, de los 1.556 resultaron heridas y seis perdieron la vida.

El consistorio decidió durante la pandemia crear nuevos ciclocarriles para facilitar los desplazamientos de los VMP en las avenidas con más de un carril. Son embargo, el jefe de Servicio de Movilidad admite que los carriles bici segregados son los más seguros para los ciclistas y los usuarios de patinetes eléctricos. Actualmente hay 70 kilómetros de este tipo, y el objetivo del consistorio es llegar hasta los 100 kilómetros.

Además de las campañas de concienciación, el bolsillo duele y por eso la Policía Local ha intensificado los controles, mientras que el consistorio ha aumentado la recaudación hasta los 10,6 millones, 1,8 más que en el 2019.