La historia del zaragozano A. H. P., de 27 años, cuando menos es curiosa, incluso para algunos podría llegar a ser de película. No solo por los hechos que se le imputan en esta ocasión, sino por los antecedentes que presenta en su dilatada trayectoria de vandalismo. La Policía procedió el sábado a su detención por un delito de malos tratos en el ámbito familiar y otro contra la salud pública.

Su padre avisó a las 4.00 horas del sábado al 091 de que su hijo había llegado a casa bajo los efectos de sustancias estupefacientes y muy agresivo. Quería su móvil, y para ello, agredió a su madre. Según fuentes policiales, una vez con el dispositivo en su mano, salió de casa y comenzó a mandar más de 1.000 mensajes a los contactos de su progenitor, vertiendo vejaciones contra él y manifestando que era un maltratador. A las 10.00 horas el presunto autor volvió a su domicilio y en él le esperaba una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana, que lo detuvo por la comisión de la agresión en el ámbito familiar.

Pero esto no es todo. En el momento en que estaba siendo trasladado a las dependencias policiales, avisó a los agentes de que necesitaba ir a su vehículo, aparcado en las calles próximas al domicilio, ubicado entre la calle Miguel Servet y el matadero. Quería coger la documentación de su coche, aquel en el que los agentes encontraron una bolsa con 10 gramos de speed, motivo por el que también se le imputó un delito contra la salud pública. Pasó a disposición judicial el sábado, quedando en libertad con cargos. Según las fuentes consultadas, en la Jefatura Superior de Policía de Aragón se han recibido varios avisos en relación a malos tratos del detenido hacia sus padres y parejas.

Archiconocido en el barrio

La noticia no sorprende en el barrio de San José, es más, lo habitual estos últimos años es que los incidentes relacionados con este hombre se sucedan con asiduidad. El joven A. H. P., de 27 años, luce una estética punky y es archiconocido por su barrio y, en concreto, por su bloque de vecinos. Pero por nada bueno. Durante el transcurso del año pasado, fue detenido en dos ocasiones por agentes de la Policía en meses consecutivos, abril y mayo.

La primera ocasión fue en el mes de abril. El detenido bajó al garaje y dañó seis vehículos, entre roturas de lunas y retrovisores. No contento con ello, cogió los extintores del edificio y los vació, e incluso llegó a realizar algún grafiti en el inmueble. Fue detenido y puesto en libertad.

El segundo de los incidentes ocurrió en el mes de mayo. El 091 recibió varios avisos de que un vecino estaba arrojando botellas de cristal desde su domicilio a los clientes del establecimiento Delera Café. Cuando llegaron los agentes, subieron al piso y empezaron a oler humo. El joven había formado una barricada en el interior, para lo que quemó sillas y mesas. Cuando apagaron el fuego, salió la vecina y les informó de que el responsable había saltado de balcón a balcón, y estaba escondido en su casa con una pistola táser.

Cuando lo encontraron, lo llevaron a su domicilio y en la cocina, los investigadores hallaron utensilios para la distribución de droga. Por estos hechos, se le imputó un delito de provocación de incendio, uno de allanamiento, uno de tráfico de drogas y uno de tenencia ilícita de armas.