Una segunda inspección de la antigua joyería Aladrén, en la zaragozana calle Alfonso, ha descartado destrozos en el interior de este establecimiento que abrió sus puertas por primera vez en 1885 y que está catalogado como Bienes Catalogados del Patrimonio Cultural Aragonés por la DGA y de interés arquitectónico por el ayuntamiento.

Los técnicos municipales y los del Gobierno de Aragón ha podido acceder al interior del local después de que el inquilino permitiese su entrada, pero no la del propietario. El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, que ha optado por la «prudencia» y ha preferido esperar a los informes técnicos para valorar el estado del Gran Café Zaragoza, ha admitido que tras la revisión la «sensación era más tranquilizadora» de lo que pensaban que iban a encontrarse en el interior.

El farolillo y la cartelera que desde hace una semana no lucen en la fachada, que está catalogada, permanecen en el interior de esta cafetería y, según Serrano, aparentemente en buen estado. Al parece, el inquilinoha justificado este expolio diciendo que había optado por retirarlos para «protegerlos», a poco más de dos semanas de que venza su contrato (el día 31).

El ayuntamiento denunció ante la Fiscalía un delito contra el patrimonio cultural de la antigua joyería Aladrén. Serranoha explicado que ahora le harán llegar los informes que elaboren los técnicos municipales y de la Comisión de Patrimonio de la DGA para que decida si sigue adelante con el procedimiento judicial o archiva la causa. Mientras, el local permanecerá clausurado, al menos hasta el 31 de este mes, cuando venza el contrato con el inquilino. Su propietario, la familia Baselga, quiere recuperar el estilo original de 1885 del establecimiento.