El Ayuntamiento de Zaragoza ha reducido el ritmo de apeo de árboles a niveles del 2017. El año pasado se talaron 1.987 ejemplares, una número similar al del 2019, cuando fueron 2.207, pero muy lejos de la del 2018, con 3.020 unidades retiradas. En lo que va de año son ya 368 los árboles talados. Una cifra que pronto se elevará ya que el consistorio apeará y podará buena parte de las plantas del entorno del Club Náutico, entre los puentes Santiago y de Piedra.

En esta zona, el arbolado se encuentra en malas condiciones fitosanitarias y su estado puede llegar a provocar daños futuros como consecuencia de su caída, además de generar taponamientos en el cauce, sobre todo cuando el río lleva poca agua. Estos son los dos motivos principales con los que justifican desde el consistorio estos trabajos, que costarán 21.900 euros y que se externalizarán, ya que no los asumirá la contrata de Parques y Jardines.

A lo largo de 330 metros

 Según el informe de este servicio, el tramo de ribera en el que se va a actuar comprende buena parte de la zona peatonal entre ambos puentes, 330 metros paralelos a Echegaray habilitados para pasear o circular en bici. Este recorrido, como el resto de la ribera, presenta una vegetación muy diversa, con especies típicas de las orillas, como los chopos, los olmos, los sauces o los fresnos, y otras naturalizadas o de jardinería con cierto carácter invasivo, como los ailantos. También hay otras que se plantan para la contención de taludes y jardinería, como sucede con los pinos y moreras. 

Según el informe, no hay disponibilidad de los medios materiales, tecnológicos ni humanos necesarios para acometer este trabajo específico, por lo que se ha optado por externalizar el servicio. Los chopos, pinos y ailantos son los árboles que presentan peor estado: están torcidos o, directamente, se encuentran secos, así que serán talados de forma controlada. También está previsto que se poden aquellos ejemplares cuyas ramas obstaculizan los caminos creados en la riberas o que sobresalen por el paseo Echegaray.

Respecto a los ailantos, el servicio de Parques y Jardines manifiesta la necesidad de «erradicarlos», por lo que está previsto que se talen y se eliminen dado que están comenzando a invadir la zona peatonal. Según explican, «la dinámica ribereña sufre complejos procesos de zonificación» y padece las consecuencias de la acción del río y de la actividad humana, acelerando la degradación natural.

Además, se trata de especies con un crecimiento muy rápido y, en el caso de no serlo, como sucede con los pinos, la gran cantidad de agua de la que se nutren acelera su proceso igualmente. Esto provoca problemas fitosanitarios como la existencia de ramas y ejemplares puntisecos, lo que suele ser la causa del acortamiento de la vida del arbolado y su decrepitud posterior.