El polígono de Cogullada de Zaragoza tiene un sinfín de oportunidades por una razón principal: porque se encuentra inmerso en la ciudad, algo atípico y que lo convierte en el escenario idóneo para albergar actividades de todo tipo, no solo industriales, y convertirse en un centro logístico de distribución urbana de mercancías (DUM). Un polígono privilegiado y con mucho futuro que, sin embargo, está obsoleto y presenta una imagen de degradación y abandono propia del paso de los años (es de los 60) y acelerada por la falta de actuaciones. Poner a punto esta zona requeriría de una inversión de entre «40 y 50 millones».

Si algo quedó claro ayer durante las Jornadas de Regeneración Funcional, Energética y Digital de Cogullada organizadas por la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, el ayuntamiento y con la participación de la Asociación de Empresarios de Cogullada, es que tiene mucho potencial y oportunidades. Por eso, desde el área de Urbanismo ya están trabajando en la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, quiere tener aprobada de forma definitiva a final de año.

 Más servicios

El edil ha explicado que el consistorio no tiene capacidad económica para intervenir en esta zona empresarial de más de 500.000 metros cuadrados, por lo que será necesaria la implicación del sector privado y la captación de fondos europeos. En concreto, Serrano ha señalado que van a solicitar fondos relacionados con la energía, ya que el ayuntamiento prevé que sea un laboratorio de la movilidad eléctrica.

El responsable de la Dirección de Servicios de Planificación y Diseño Urbano del ayuntamiento, Ramón Betrán, ha explicado que la modificación del PGOU contempla nuevos usos para reconvertir el polígono en una zona de «industria blanda y de servicios». Una oportunidad que ya ha ido tomando forma dado que en Cogullada, con muchas parcelas sin uso, se han abierto negocios con poco valor añadido como los centro de entrenamientos específicos de boxeo o pádel, o se han iniciado actividades que jurídicamente no cumplirían escrupulosamente el planeamiento, como las religiosa.

Lo que parece que no incluirá la modificación del PGOU será el uso residencial. Según Betrán, «surgirían incompatibilidades horarias» y afectaría al precio del suelo. Pero el hecho de que se encuentre en la ciudad, a escasos metros de las viviendas, es una ventaja ya que la zona limítrofe entre Cogullada y las residencias podría albergar empresas del sector servicios que tendría una gran demanda, para lo que se permitirá construir edificios en altura, de hasta cinco plantas, y otros usos relacionados con la formación, la investigación y la tecnología, además de convertirse en un nuevo centro logístico de almacenaje última milla, una propuesta que lleva tiempo rondando por la casa consistorial y que, según el técnico, no puede ser la única.

 Un plaza como escaparate

Para Betrán, esa primera línea de entrada al polígono debe ser la más atractiva para «canalizar» a los clientes y para ello propone que se cree una calle principal y una gran plaza que sirva de escaparate. Un proyecto que se contemplaría en la más que necesaria reurbanización del polígono, donde las aceras (cuando las hay) son demasiado estrechas, sin rebajes en los bordillos y sin posibilidad de acceder en vehículos de movilidad personal (bicis o patinetes) al no existir un carril bici y tener unas calzadas llenas de baches.

Esta actuación exigiría reorganizar el sentido de las calles, convertir las dobles en una vía de una única dirección para aprovechar el espacio y poder crear aceras anchas, con carril bici y zonas arboladas.

El 15% de la superficie del polígono es vial, son 85.000 metros cuadrados repartidos en 6.200 metros de calle que para adecuarlos serían necesarios más de 13 millones (+IVA), según ha cuantificado el responsable del Servicio de Ingeniería de Desarrollo Urbano, José Ángel Navamue, a los que habría que añadir mínimo otro millón soterrar las líneas eléctricas. Ha admitido que el polígono aparenta más años de los que tiene, algo habitual en estas zonas por su uso industrial, con vehículos pesados circulando a diario por sus calles, dañando unas calzadas en las que se ha invertido más bien poco. Un camión equivale al paso de 13.000 coches. El problema de Cogullada es estructural y la solución no pasaría por actuar solo la superficie de sus calzadas, habría que picar y rehacer las calles. Además, la red de tuberías está obsoleta y genera demasiados problemas, por lo que también requeriría de una profunda renovación.

Alternativas de ocio entre calles repletas de naves

La Asociación de Empresarios de Cogullada quiere que el polígono tenga actividad también los fines de semana. Algo complicado en una zona industrial, con empresas que abren de lunes a viernes. Una de sus propuestas para lograrlo pasa por crear zonas verdes, donde la gente acuda a pasar el día o a practicar deporte, y que se creen carriles bici para llegar hasta la zona o que hubiera paradas de transporte público. Dos reclamaciones que también se hacen extensibles para el resto de días.

El Catedrático de Universidad en el área de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes, Emilio Larrodé, propone utilizar las antiguas vías del tren de las que todavía quedan vestigios en el ramal que accedía por una de las calles del polígono para crear un museo. «Sería único, porque estaría sobre los raíles», ha explicado.

Otra manera de atraer a más gente y darle vida a esta zona industrial sería destinar una parcela para la recarga de los vehículos eléctricos de particulares, que aunque ahora solo supongan un pequeño porcentaje dentro del parque automovilístico seguirán creciendo en número.

Además, está claro, si se reurbaniza todo el polígono y se hace más amable, sería conveniente implantar equipamientos relacionados con el ocio, como gimnasios o zonas de juego.

Todo sin olvidarse de que se trata de un polígono industrial que, una vez que se modifique el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), albergara otros usos, como oficinas o servicios, además de empresas de carsharing, que generarán más movimiento de personas cada día.