¿Por qué dimite ahora?

Ha sido una decisión muy meditada. He visto que del proyecto con el que nos identificábamos hace 7 años, tristemente, no queda nada. La entrada en el Gobierno con un acuerdo del PSOE-PAR al que luego se unieron Podemos y CHA, no hace posible hacer valer ese proyecto. Podemos cada vez tiene una posición de más aceptación a cuestiones inaceptables, y más renuncias.

¿Qué le ha llevado a ver que se desdibujaba el proyecto?

Hace tiempo. Desde que entró Nacho Escartín como secretario general hubo un cambio de rumbo y la política se centraba en entrar en el Gobierno y ser el socio minoritario del PSOE. Luego esto ha ido a más. Con la debacle electoral en la que perdimos 9 diputados, el objetivo era tapar esos malos resultados y lo que hicieron fue acordar el cuatripartito, que en realidad era sumarse a un acuerdo que en el 90% era del PSOE y el PAR. Al bajar al terreno, hemos visto que había políticas contrarias a lo que defendíamos desde Podemos. Por ejemplo, lo que está pasando con Castanesa; asumir la política pantanera; el blindaje de la educación concertada sin ningún tipo de reflexión… Y lo último, aceptar una prestación aragonesa complementaria que sustituye al IAI muy insuficiente.

El descontento viene de lejos…

Ya con Escartín, la línea oficial era que así se conseguían más cosas, pero no se consiguió nada: no se logró derogar el ICA, que seguimos pagando con otro nombre.

¿Reconoce a Podemos en alguna política del cuatripartito?

(Duda) ¿Cómo?

Si ve el sello de Podemos en alguna de las políticas desarrolladas.

(Suspira) No es el estar o no estar en el Gobierno. Es cómo se está. Toda la gestión es responsabilidad tuya, no solo una parte. Pienso que sí se ha arrancado alguna mejora, quizás en la consejería de Universidad de Maru Díaz, que es el único sitio que tiene en ese Gobierno, porque en lo demás nos está demostrando que se está callando. Esas mejoras se podían haber logrado desde la oposición y condicionando al Gobierno, porque los votos de Podemos eran necesarios para que Lambán gobernara.

Si desde el principio no estaba de acuerdo con entrar al Gobierno, ¿por qué ha esperado dos años?

En este partido hay primarias (sonríe) y los inscritos decidieron que fuera la cabeza de lista por Huesca, con 72 votos de diferencia con Maru. Pensé que podíamos intentar llevar al PSOE a políticas más progresistas. Con la pandemia me reafirmé más en que esa fuerza parlamentaria que tenemos debía hacerse valer para arrancar mejoras para las de abajo. No ha sido posible. Y es muy duro comprobar en el día a día la domesticación de Podemos. (Reflexiona) Y ese discurso complaciente con los partidos del régimen, son los culpables de gran parte de las carencias de nuestra sociedad actual.

¿No hay más poder desde el Gobierno que en la oposición?

A la vista está que no. Quizá desde la oposición puedes conseguir mejoras y no ser cómplice de la política del PSOE y el PAR.

¿Se siente mejor representada con Podemos a nivel estatal?

Creo que está logrando reformas muy pequeñas. Sigue atascada la ley de Vivienda, y no se han derogado ni la reforma laboral ni la ley mordaza. La actitud ha sido distinta y se ven las diferencias de modelo. Aquí eso se sustituye por el silencio y el acatamiento.

La coordinadora dice que le toca discutir en el Gobierno.

Sí, pero es una consejera dentro del Consejo de Gobierno. La fuerza parlamentaria la tiene en las Cortes, con 5 diputados que podemos condicionar. Desde el principio incluyó una cláusula en la que no tenemos capacidad legislativa.

Entró en política con Pablo Echenique. ¿Ha hablado con él?

No, no hemos podido hablar. Cuando compartí dirección con él había mucha pluralidad, desde el sindicalismo, el comunismo, el aragonesismo o anticapitalistas… Ahora tenemos un partido donde dicen que solo cabe una voz. El proyecto se está haciendo cada vez más pequeño y más vertical.

El exalcalde Santisteve le agradeció su trabajo.

He tenido mucho apoyo, por eso me chocan declaraciones diciendo que es una opinión personal.

Santisteve está en ZeC, no en Podemos. ¿Qué planes de futuro tiene en política?

Dejo los cargos y mi militancia activa de Podemos, pero sigo inscrita. Lo que ha pasado en ZeC es un ejemplo de lo que no tiene que pasar; creo que hay que apostar por las alianzas. Voy a seguir en el activismo y el sindicalismo. Pero tiene que haber un espacio que haga frente a las políticas neoliberales, que no se conforme con ser muleta del PSOE. Y en Aragón ese espacio está por construir.

¿Ha hablado con Maru Díaz?

No. Le comuniqué mi decisión y desde entonces no hemos hablado, pero seguro que lo haremos.

¿Por qué si está tan en desacuerdo con Podemos no se va ya?

Me voy en junio cerrando el periodo de sesiones, porque creo que es lo más conveniente.

Pero ya ha dimitido.

Sí, pero tengo muchas cosas que acabar. No es una decisión fácil para mí, porque me votó mucha gente para representar a los aragoneses en las Cortes. En septiembre volveré a mi trabajo, en la escuela pública, y tengo muchas ganas.